Seth Pérez
El impresionante incendio de Australia nos enseña que los efectos locales impactan a todo el planeta. La nube de humo se desvanecerá, pero antes se podrá observar cómo cruza otros continentes. Hemos sido testigos del sufrimiento de miles de especies que no escaparon del fuego, así como de los efectos del desastre. Sin embargo, tras un tsunami o cualquier otro desastre que termina sepultado en el mar, poco asombran los efectos que también dejan. ¿Se requiere que veamos el sufrimiento para tomar conciencia y poner manos a la obra?
La semana pasada, la consultora McKinsey publicó el estudio ‘Climate Risk and Response; Physical Hazards and Socioeconomic Impacts’, en que advierte a empresas, aseguradoras y Gobiernos, a tomar medidas para afrontar los costos del cambio climático. Para los países en desarrollo advierte que, si no se toman medidas fuertes, en 2030 los costos pasarán de 140 mil millones de dólares a 500 mil. Esta cifra corresponde al impacto en cinco sistemas adicionales a los costos por desastres naturales.
Los sistemas afectados serán el de trabajo y habitabilidad; sistema alimentario; activos físicos; infraestructura para servicios, y el capital natural. Por ejemplo, dentro del primer sistema McKinsey identifica que la productividad disminuirá drásticamente por olas de calor, días perdidos de trabajo por inundaciones, movilización de lugares de trabajo y vivienda por cambios en la naturaleza, entre otros. Ciudades enteras deberán mudarse por el nivel del agua, pero en otras la infraestructura se dañará a mayor velocidad por los cambios climáticos. Áreas enteras de cultivo dejarán de ser productivas afectando los activos naturales y el sistema alimentario global. ¿Cuánto tardará en afectarnos?
La evidencia contundente que muestra este estudio debe poner al mercado financiero en alerta roja hoy, ya que los riesgos crecen exponencialmente, pero las acciones actuales son tan pequeñas que no permitirían frenar esta tendencia. Al parecer solo viendo el dolor o cuando enfrentamos un costo directo, nos motivará a tomar medidas reales y no solamente paliativos. ¿Usted qué acciones está tomando para enfrentar los costos y efectos de estos riesgos reales de corto plazo?