Seth Pérez
Es un avance observar que en muchos países en el mundo están apareciendo medidas para combatir la contaminación. Sin embargo parecen ser extremas porque no escuchan a los afectados, son incompletas porque la evidencia de su eficacia solo se observa a corto plazo y no hay datos duros que muestren avance ni una ruta clara para verdaderamente terminar con el problema mayor: estructuras económicas que fomentan un modelo de vida altamente contaminante. ¿Podemos cambiar en el corto plazo este modelo de vida contaminante?
El pasado jueves 2 de enero en Barcelona entró en vigor la Zona de Bajas Emisiones que prohíbe circular de lunes a viernes en un área de 95 kilómetros cuadrados a vehículos altamente contaminantes. Estiman que afectará a 115 mil vehículos que incluyen a 30 mil motocicletas. Esta medida surge luego de la advertencia que realizó la Comisión Europea para sancionar con una multa millonaria a España, de no tomar medidas tanto en Madrid como en la capital Catalana. Estos días aparecen los testimonios de muchos afectados que reclaman mejor servicio de transporte público porque muchas rutas no son costeables y conviene cambiar vehículo o comprar uno adicional.
Por igual en muchas ciudades en México y el mundo, a partir de este primero de año serán prohibidas las bolsas de plástico en supermercados y comercios. Las sanciones y multas serán ahora sí considerables, lo que augura el éxito de eliminar este tipo de embalaje. Mientras en los mercados públicos volverá el cucurucho y los efectos serán menores, en las grandes cadenas de supermercados al menudeo o las que venden mayoreo con membresía, se puede ver claramente las toneladas de embalaje que seguirán contaminando. Por un lado cada día los almacenes tiran envolturas plásticas y de cartón en las que reciben mercancías y por otro lado los consumidores tiramos los empaques que ornamentan los productos.
Los avances son necesarios, pero requerimos nuevos modelos de organización para eliminar la actual necesidad de empaquetar. Las alternativas no son de largo plazo y requerimos acordar cambios culturales para verdaderamente ayudar al planeta que nos permite la vida. ¿Cuántas de sus compras tienen empaques inútiles?