Tras una polémica en Twitter por la pavimentación asfáltica sobre empedrado en Santa Bárbara, el secretario de Obras Públicas del Municipio de Corregidora amablemente accedió a platicar
Raúl D. Lorea
Tras una polémica en Twitter por la pavimentación asfáltica sobre empedrado en Santa Bárbara, el secretario de Obras Públicas del Municipio de Corregidora amablemente accedió a platicar conmigo al respecto y aclarar los criterios que llevaron a la Administración municipal a desarrollar tal obra.
Debido a esa conversación y de conocer las inquietudes de quienes estaban en contra, me permito compartirle, amable lector, los puntos de vista con los que me quedo de ese tema. Primero, es muy importante acudir con expertos a la hora de solicitar un proyecto, ya que una simple banqueta puede requerir opinión desde la óptica de la ingeniería civil, ingeniería vial, ecología, perspectiva de género, discapacidad, arquitectura, urbanismo y otras.
Con ello me refiero a que muchas veces como ciudadanos tenemos una petición, pero no siempre nuestra propuesta es la más adecuada. En Santa Bárbara hay algunas calles bastante deterioradas y la Administración municipal programó pavimentación tras la petición ciudadana.
Durante las campañas, los habitantes pidieron “arreglar” o “asfaltar”, ya que el empedrado se encontraba dañado considerablemente.
Sin embargo, al platicar con los activistas y expertos, recomiendan otras soluciones. Primeramente, el asfalto es un material que provoca muchas emisiones contaminantes en su proceso.
En materia de seguridad peatonal, permite que los vehículos circulen con mayor velocidad en una zona habitacional, lo que incrementa el riesgo de siniestro por atropellamiento. Así mismo, el asfalto obliga a que se programen mantenimientos anuales, pues se desgasta periódicamente.
Además, en cuestiones pluviales, eso conduce el agua a altas velocidades provocando posibles encharcamientos o inundaciones aguas abajo.
Por ello, en Corregidora, existen las famosas “huellas de adocreto” y sus ventajas son evidentes, como en la colonia Carretas de Querétaro que cuenta con un sistema similar, pero de empedrado asentado con mortero. Finalmente, el empedrado resulta ser una buena opción para las vialidades de baja velocidad, ya que contribuye a cuidar los aspectos anteriores, y su mayor ventaja es el bajo costo por mantenimiento, pues no requiere maquinaria