Al hablar de productos, tenemos que reconocer todo lo que colabora, y la complejidad para lograr resultados
Liz Durán
El vino me lo trajeron de una isla llamada Madeira –¡sí, la misma donde nació Cristiano Ronaldo!–. Es una región montañosa, autónoma de Portugal y descubierta en el siglo XV, pero donde su punto más cercano de contacto es Marruecos a 900 kilómetros, y de quien hace tiempo dependía para abastecerse energéticamente.
Actualmente es un lugar donde el turismo se ha intensificado, y por lo mismo necesita ser sostenible. Por cierto, Madeira es una isla pequeña con un área igual que la del municipio de Querétaro.
Sus gobernantes han tenido la convicción de declarar 2/3 partes de su territorio como áreas protegidas, debido a su flora autóctona, sus espacios verdes y montañosos que retienen el agua de lluvia la cual almacenan para garantizar el consumo humano, cultivo y además generar energía, ya que uno de sus éxitos es una hidroeléctrica sustentable, que dejó de lado su dependencia fósil con Marruecos.
Hoy ellos aprovechan el agua de lluvia en días calurosos, la hacen rendir para la población fija y flotante, llegar a los cultivos de manera democrática por acequias en la parte alta. Aparte esa agua genera energía, y es auxiliada por la energía eólica que también están explotando. No es menos importante su eficiente tratamiento de aguas negras y grises.
Otro acierto es que los hogares cuentan con huertos de hortalizas por ley, como medida para prevenir el calor, y da como resultado un destino muy fresco que, si no es por esa acción, sufrirían estrés térmico de calor.
Es indudable que no importa el tamaño del estado, municipio o país; simplemente necesitamos decisión en las políticas y ejecutar planes de crecimiento sostenibles, reglamentos y sanciones que garanticen calidad de vida donde se privilegie al ciudadano y después inviten al turista a ser respetuoso del entorno. Así lograremos un ambiente de equilibrio, gracias al compromiso, reglamento, ciencia, y tecnología ejecutada por profesionistas que siempre vean a futuro.
Por cierto, felices fiestas y ¡salud!