A nivel mundial, la cantidad de divorcios ha aumentado a una tasa anual de 6 por ciento en 10 años
José Luis Oliva
Querida lectora, viajar siempre es un alivio, sino lo es, ¡cuidado algo anda mal! El turismo debe de siempre divertido, sorpresivo, debe tener mucho de aventura y poco de rutina. Quién viaja sin estas premisas se pierde lo mejor de viajar: permitirse ser ‘el’ diferente. Quién siempre viaja al mismo lugar con la misma gente y con esa actitud de “otro tipo de rutina”, no hace turismo 4.0.
A nivel mundial, aproximadamente se divorcian formalmente en el mundo 6 mil personas por minuto, los matrimonios rondan el doble, es decir 12 mil personas, sin embargo, en los últimos 10 años los divorcios han aumentado a una tasa anual de 6 por ciento constante.
En algunos países como Francia, ya se convirtió en foco rojo de salud social. Viajar es en lo primero que piensa una recién divorciada, de ahí que, así como hay ‘honey moon’, ‘baby moon’, ahora ya existen los viajes ‘star-anew-moon’ que se ofrecen en paquetes.
1. Las mentiras del clavo. Tengo dos amigas que les fue ‘como en feria’ por dejarse llevar con el consejo “un clavo saca a otro clavo” en su primer viaje de divorciadas. Hay que esperarse un buen rato antes de siquiera pensar en otra relación, sino se quieren repetir historias. Gracias a ese consejo de la mejor amiga de mi abuela, ahora soy muy feliz con mi segundo matrimonio y fui muy feliz con mi segunda luna de miel, además navideña.
2. El mismo lugar: otro lugar. Todos los fines de año la pasábamos en Ixtapa con mis suegros, la verdad es que resultaba ya más aburrido que la vida cotidiana. Ahora que ya puedo irme a otros lados, decidí irme sola a Ixtapa, al club Med, por supuesto que le corrí a los ligadores de siempre. Me pasé Navidad con mi mejor amiga, sus hijos y los míos. Nos divertimos muchísimo.
3. Lo secretos de Gaudi. La verdad sí me fui a Barcelona buscando aventura, una mujer de 32 años, recién divorciada, viajando sola, es obvio que busca un toque de maldad. Gracias a Dios lo primero que vi fue ‘La Pedrera’ la casa de Gaudi, el gran arquitecto catalán, en una experiencia nocturna. ¡Me transformó! Me di cuenta de que lo último que tenía que buscar era una aventura, tenía que buscar reflexiones, silencio, tranquilidad, además pasé la Navidad orando.