Cada año se realiza el Congreso Nacional de Personas con Talla Baja; Este año se llevará a cabo en Tepic, Nayarit, del 15 al 18 de noviembre
Laura Casados
El estar con los tuyos o con personas que fácilmente se puedan poner en tus zapatos siempre es de gran apoyo, el saber que no estás solo/a y que habrá otros que estarán ahí en los momentos que más los necesites.
Eso es lo que pasa cada año en México cuando tenemos nuestro Congreso Nacional de Personas con Talla Baja, en donde afortunadamente el año pasado tuvo sede en el estado de Querétaro, y por primera vez tanto sociedad como autoridades se dieron cuenta de que no somos uno o dos, sino varias personas que estamos luchando por generar mejores condiciones de vida.
Este año se llevará a cabo en Tepic, Nayarit, del 15 al 18 de noviembre en donde se realizarán una serie de actividades para socializar y conocerse mucho mejor. Asimismo, se impartirán talleres para padres de familia y jóvenes, así como la realización de actividades recreativas, artísticas y deportivas, además de un desfile de modas y consultas médicas; todo esto con el objetivo de fortalecer a cada uno de los asistentes tanto en su entorno familiar, grupal y personal.
Hasta ahora se espera a alrededor de 250 personas de diversos estados como Jalisco, Guanajuato, Sinaloa, Veracruz, San Luis Potosí, Coahuila, Estado de México, Ciudad de México, Durango, Colima, Chihuahua, Mérida, Baja California, Oaxaca y por supuesto Querétaro, así como representantes de Estados Unidos y Chile.
De igual forma este tipo de eventos sirven de gran manera en cuanto a la visibilización de las personas de talla baja en dicho estado, para que las autoridades cada vez los vayan tomando más en cuenta y se percaten de que las necesidades que la gran mayoría de nosotros tenemos aún no han sido cubiertas; asimismo, generar y colaborar en cuanto al mejoramiento del turismo incluyente abarcando a todos los grupos vulnerables.
Para mí, un congreso ya sea aquí o en Estados Unidos significa el poder recargar mis pilas para poder seguir luchando durante todo el año y seguir motivándome a mejorar las condiciones de vida de cada uno de los miembros de la asociación a la cual represento. Es la oportunidad perfecta de poder compartir con otros y ver cómo todos y cada uno crecen, tal vez no de manera física, pero sí de manera espiritual y en logros.