La hegemonía de un partido naciente y dependiente de un solo hombre en la figura de AMLO
Carlos Olguín
La hegemonía de un partido naciente y dependiente de un solo hombre en la figura de AMLO, que ahora no tiene ni el tiempo ni el espacio para hacerse cargo del movimiento, y digo movimiento porque aun no se le ve forma de partido como institución, le falta institucionalidad, reglas claras, orden, liderazgo.
Las peleas van desde personajes en funciones, como la escenificada entre Martí Batres y Ricardo Monreal, donde el pleito escalo a niveles de escándalos con descalificaciones a diestra y siniestra, terminando con una resolución del INE que invalidaba la elección en disputa y un Martí Batres que salió a declinar y pareció mas una orden que un convencimiento de aceptar la disciplina partidista.
El reto que ahora enfrenta Morena, es su reingeniería, para convertirse en un partido formalmente estructurado, con militancia permanente, una ideología identificable, más allá de sus lemas de ocasión, liderazgos legitimados por elecciones internas y una organización nacional apta para incidir en cada aspecto de la vida social.
Sin embargo en días pasado de las 122 elecciones distritales de donde deberían de salir los delegados para elegir a su líder nacional, 20 de ellos tuvieron que ser suspendidos y las razones en muchas de ellas fueron el desorden y violencia que incluyo armas de fuego, padrones de electores que no tienen forma de ser verificados, todo tipo de trampas y artilugios fabricados desde el interior del partido y denunciados incluso por dirigentes del mismo partido como Miguel Ángel Sandoval en Michoacán.
Tanto se jactan de decir que no son lo mismo, pero la realidad demuestra que efectivamente no son lo mismo, son peor, parece MORENA una mezcla de las peores practicas del PRI hegemónico, y las tribus del PRD, acarreos, compra de votos, padrones de lectores rasurados, etc.
Ponen en entredicho la democracia al interior del partido, Yeidckol Polevnsky, Bertha Lujan, Mario Delgado, Ricardo Monreal entre otros tienen sus propios grupos al interior del partido, producto de una mezcla heterogénea de todo tipo de personas tanto en el gobierno como en el partido sin una ideología clara, y en una lucha por la repartición de puestos mas que por el bien del partido, al puro viejo estilo priista.
Entre tanto el papel del líder moral en la figura de AMLO no queda claro, no queda claro si “dará línea”, o respetará la vida democrática del partido, aunque todo parece que su estilo tiende mas a lo primero que a lo segundo.
Por otro lado, se está discutiendo la reducción de presupuestos a los partidos políticos a la mitad para el año 2020, lo cual difícilmente encontrara opositores, pero lo que despierta suspicacias es que sea justamente cuando el partido en el poder y quien mas recibe recursos como partido es MORENA, pareciera mas la intención de debilitar más de lo que ya están a los partidos opositores, limitándoles también los recursos de cara a las elecciones del 2021.