Caminar, correr, movernos en bicicleta o comer saludable en nuestras calles es casi imposible
Emmanuel González
En la actualidad, es común escuchar y leer cosas como “la diabetes es una epidemia”, “la primer causa de muerte en el país son enfermedades relacionadas con el corazón” y “la obesidad en niños mexicanos va en aumento”. Aunque de alguna manera le hemos ganado la batalla a la muerte por enfermedades infecciosas, hoy nos damos cuenta de que nuestro estilo de vida nos está matando.
Caminar, correr, movernos en bicicleta o comer saludable en nuestras calles es casi imposible. La agenda legislativa atiende el tema de salud a través de impuestos a los refrescos y la comida chatarra o de normar la industria de alimentos reduciendo porciones y haciendo productos light; sin embargo, poco se hace con respecto al diseño urbano que promueva una vida saludable.
Las ciudades deben incorporar proyectos de viviendas con comercios y centros de trabajo que permitan a sus habitantes recorrer las calles caminando e interactuando con los demás. La “caminabilidad” requiere la construcción de sendas con banquetas anchas, libres de obstáculos y con el mobiliario urbano adecuado para los peatones y ciclistas; paradas de autobús; así como que las mismas calles tengan destinos a los cuales moverse, como son comercios a lo largo de ellas, plazas comunitarias, jardines vecinales, entre otros.
Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y la obesidad, principales causas de muerte en nuestro país, tienen un enemigo común: el ejercicio. No es difícil imaginar que, si podemos caminar diario un kilómetro a nuestro trabajo u ochocientos metros a la parada de autobús, nuestra salud mejorará y, por lo tanto, nuestra calidad de vida.
Hoy tenemos niños que padecen obesidad y diabetes tipo 2, ligadas al estilo de vida, porque además de la ingesta de azúcares y harinas, la actividad física que realizan es muy poca. Es necesario que tengan espacios para salir a correr, a jugar carreritas con los amigos, andar en bicicleta y a socializar con los demás.
Varias ciudades han tomado ya acciones para incluir en sus políticas públicas la promoción de una vida saludable a través del diseño urbano, tal vez es momento de comenzar a exigir a nuestras autoridades que hagan lo mismo.