La ejecución de Abu Bakr al-Baghdadi en Barisha, una pequeña aldea siria a solo cinco kilómetros de la frontera con Turquía
Alejandro Gutiérrez
La ejecución de Abu Bakr al-Baghdadi en Barisha, una pequeña aldea siria a solo cinco kilómetros de la frontera con Turquía, termina de facto con la amenaza del Estado islámico, si bien son de esperarse reacciones y ataques de sus sucesores.
El que llegó a ser considerado la mayor amenaza global surgió como una respuesta a la ocupación de su país natal, Irak, por las fuerzas estadounidenses que destruyeron el régimen de Saddam Hussein y jamás encontraron indicios de las supuestas armas de destrucción masiva, que fue el pretexto de la ocupación. La lucha contra los norteamericanos y la elección de la vía terrorista caracterizaron al pequeño grupo que había fundado.
Entre 2006 y 2008, distintas milicias yihadistas escenificaron una serie de atentados y enfrentamientos en Irak que estuvieron a punto de colapsar el Gobierno apadrinado por la ocupación de Estados Unidos.
De hecho, Baghdadi fue detenido por las tropas norteamericanas y encarcelado por 11 meses, lo que precipitó su decisión de luchar contra el principal enemigo de su país y sus aliados. Después de combatir al lado de las fuerzas de Al Qaeda en la vecina Siria, rompe con ellos y se lanza de lleno contra el régimen del presidente Bashar al-Ásad, al tiempo que se embarca en una lucha contra las fuerzas chiítas iraquíes que estaban apoyadas por Irán.
Una serie de atentados en mezquitas chiitas con miles de muertos fueron la marca distintiva. En 2006 cambia el nombre de su grupo por el de Estado islámico de Irak. Finalmente, en 2014, en una mezquita de Mosul, Irak, decretó la constitución del Califato.
Ya controlaba franjas importantes de terreno en Irak y en Siria. Con el Califato, impuso la sharia, es decir, la ley islámica, que aplicó con rigidez. Controlaba enormes campos e instalaciones petroleras, vendiendo hidrocarburos abiertamente y obteniendo abundantes recursos para financiar sus actividades. Relevante en cuanto a propaganda fue cuando empezaron a televisar y difundir sus atrocidades.
Un piloto jordano quemado vivo, periodistas y enemigos ejecutados, mujeres acusadas de adulterio fueron apedreadas hasta la muerte, a ladrones les fueron cortadas las manos y todo ello se difundía por redes sociales y por cadenas televisivas. Atrajo miles de militantes extranjeros y efectuó abundantes ataques en Europa, Asia y América.
Para su localización, Trump contó con la ayuda de los kurdos, a pesar de que los traicionó.