Querida lectora, de pequeños detalles esta hecha la plenitud, Por ejemplo el sabor de una especie en nuestro guiso favorito
José Luis Oliva
Querida lectora, de pequeños detalles esta hecha la plenitud, Por ejemplo el sabor de una especie en nuestro guiso favorito acompañado de nuestras personas favoritas en nuestro lugar favorito, pequeños detalles que sumados generan plenitud, el caminar recogiendo esas pequeñeces es la felicidad. Comparta su feliz andar de viajera a esta columna al correo [email protected],
Este sábado por la calidad del correo recibido se transcribe la historia de una querida lectora como una sola historia, sin el acostumbrado formato de tres historias tres queridas lectoras. Los pequeños detalles de las especies en la India.
Mi primer día en Nueva Dehli y estoy lista para toda una experiencia culinaria. El lujoso comedor del hotel se ha ataviado para mostrar sus mejores manjares e impresionarnos con la bastedad de sus intensos sabores.
El gran señor de la mesa fue el curry; picante e intenso, en todas sus variaciones; con azafrán, comino, pimienta, jengibre, aceite y el más importante ingrediente: el chile. Te hace sudar hasta los temores. Todavía quedan reminiscencias de especies raras en mi lengua, mi boca no está equipada para la fuerza de esos condimentos exóticos. Pero un buen curry no es lo único de los placeres del paladar y otras partes del cuerpo. El aceite de mostaza sirve igual para los aderezos que para los goces de un buen masaje. Ya que nos adentramos a otros ámbitos del turismo Indio, cabe mencionar que el chile también sirve para otros menesteres. La suerte se atrae los sábados y para toda la semana, con siete chiles y un limón. Estos cuelgan de los carros, se encuentran en las casas y en cualquier lugar donde la suerte haga falta. Espantan espíritus, atraen la fortuna y apartan los miedos.
Comienza otra mañana, a las seis, con lentejas y masala, para abrir el apetito y enfrentar las experiencias del día con mucho ánimo. Los panes son especiales y no se apartaron de mi mesa durante todo el viaje, fueron mis fieles seguidores, migaja a migaja
Sabiamente, nuestro guía sentenció en voz alta:
- Es bueno comida. “Si hay comida no violencia”. Y se me quedó pegada la frase en la cabeza. Que sabiduría tan simple y tan profunda a la vez.