Así como cada persona es única, con su historial médico de características, y malestares, las ciudades presentan rasgos
Liz Durán
Así como cada persona es única, con su historial médico de características, y malestares, las ciudades presentan rasgos, que debemos de estudiar, para diagnosticarla, y proponer soluciones en sus áreas de oportunidad. El diagnóstico y estudio minucioso, nos marcara un ordenamiento territorial que tenga sostenibilidad y que sea solución de manera integral, gradual y a largo plazo, para mantener vivas nuestras ciudades.
Así, tenemos el concepto de subsidencia (latín Sub: debajo y verbo sidere: asentarse), que significa una cualidad o fenómeno en el hundimiento de la corteza terrestre.
Las causas son muchas; desde el acomodo de placas, disolución de la piedra caliza por agua subterránea, o la extracción del agua, y el colapso de la tierra, en dicho vacío.
La subsidencia, ha existido por siglos, en todo el mundo, sobre todo en grandes ciudades (Venecia, Lisboa, Los ángeles, Shanghái, Bogotá, etc), donde cada una personaliza estudios, que servirán para determinar objetivos y alcances en sus planes de desarrollo urbano.
Por ejemplo, en Países Bajos, es importante y normal hablar del tema, y llevar el monitoreo, para evitar el daño por humedad a cimientos y paredes, e igual de importante para sus áreas de agricultura. Ellos, entienden la importancia de que ciudadanos se empapen del tema, lo entiendan y juntos monitoreen las soluciones.
Distinto, en América Latina. Si existe un estudio, que determine las zonas que presentan peligro de subsidencia, estos a veces se omiten, guardan, o no les dan importancia, ya que la autoridad piensa que la sociedad “entrara en pánico”.
Me parece que es tiempo de involucrarnos, y de dejar de ver todo como eterno, o inmejorable, es momento de decidir donde sí, donde no o para donde crecerán nuestras ciudades, de proponernos objetivos ambiciosos, equilibrados y caminando hacia un crecimiento sostenible.
Tiempo de poner temas en el mapa, ajustar leyes, y regulaciones restrictivas, para que igual, en nuestros municipios, los ciudadanos participemos en el conocimiento, información, y crecimiento de nuestras ciudades.