Adivinaré cuando seguramente lo asocias con algo relacionado a la economía o geopolítica, yo simplemente lo resumiría con una palabra
Sergio Arellano
¿Cómo definirías calidad de vida?
Adivinaré cuando seguramente lo asocias con algo relacionado a la economía o geopolítica, yo simplemente lo resumiría con una palabra muy sencilla: felicidad.
Si tienes una ciudadanía contenta con sus condiciones diarias, con acceso a servicios básicos y con las oportunidades necesarias para su libre desarrollo, se estaría cumpliendo con la premisa inicial.
La pregunta lógica tendría que ser, ¿qué está haciendo el estado mexicano para sostenerla? Las autoridades mexicanas están fallando de forma inexcusable en cuanto a uno de los rubros que se consideran para una calidad de vida aceptable.
Les voy a contar.
El artículo 21 constitucional nos dice lo siguiente: “la seguridad pública es una función del Estado a cargo de la Federación, las entidades federativas y los Municipios, cuyos fines son salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social”.
Una definición bastante romántica si vemos a través del reflector de la realidad.
Les recuerdo. Michoacán se encuentra al filo del acantilado por la creciente inseguridad; el contexto es tal, que las agresiones se realizan de manera directa contra los elementos de la policía local con armamento exclusivo del ejército.
Guanajuato y Guerrero en una posición crítica ante la ineficacia de los órganos garantes de procuración de justicia; lo que ha provocado la pérdida de gobernabilidad en ciertos municipios del país.
Guerrero, eleva los índices de desapariciones y ejecuciones, mientras que el Estado de México rebasa las cifras de feminicidios. Sostengo que la luz roja comenzó a parpadear y se requieren soluciones de fondo; tanto políticas como jurídicas.
En este sentido y con la experiencia reciente en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, es evidente que la finalidad planteada al principio, se invirtió; la incertidumbre prevalece.
De ser un sistema democrático de responsabilidad compartida, caímos en un modelo de unos cuantos, con libertad de acción y palabra. Sin sanciones.