La Suprema Corte de la Nación ha tenido episodios mediáticos que la han puesto en el escrutinio
Sergio Arellano
Arturo Zaldívar es un presidente lúcido, enérgico, y que ha señalado inconsistencias en el máximo tribunal mexicano y en la totalidad del Poder Judicial federal. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha tenido episodios mediáticos, controversiales e inéditos que han alimentado el escrutinio público.
La duda razonable que debemos recalcar tiene que ver con la predicción del funcionamiento de la Corte. Discutamos algunas ideas. Un eje rector del Estado de derecho tiene que asociarse con la procuración e impartición de justicia; para ello quisiera recordar el ícono representativo de lo justo, refiriéndome a la balanza. Ese equilibrio entre el deber ser y el actuar de los juzgadores. Si en alguno de los dos lados recae en un desajuste, provoca inestabilidad; se pierde el principio de equidad.
Imaginemos este esquema a nivel macro. En días pasados, el ministro presidente afirmó que se iniciaron procedimientos legales en contra de jueces y magistrados involucrados en conductas deshonestas; lamentable, debido a que ellos representan la responsabilidad de la interpretación de la ley; sirven como garantes del debido proceso, la moralidad y las buenas costumbres.
Aquí encontramos la desproporcionalidad de la balanza. Si continuamos con el análisis, podemos distinguir que el contexto nacional es complejo. Actualmente se habla de pesos y contrapesos en un sistema democrático en donde existe una posición favorable para un grupo dominante. Los juicios sociales argumentan que la SCJN debe figurar como la oposición a este régimen constituido. En este sentido, concuerdo con el jurista Diego Valadés cuando define que en un régimen constitucional como el nuestro no se deben de mezclar atribuciones. El Congreso de la Unión en su funcionamiento bicameral concentra un diálogo político, mientras que los ministros discuten con técnica jurídica y resuelven conforme a la norma. En lo anterior yace la diferencia.
Teniendo estas circunstancias muy claras, el consejo de la judicatura debería hacer un ejercicio en retrospectiva y enmendar las confusiones y malas prácticas. En suma, considero que la renuncia de Medina Mora no abona a la imagen del tema en comento; la resignación del ministro es fruto del excelente trabajo de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.