¿Qué pasará cuando los censores chinos traten de llevarse a Winnie Pooh? ¿Acaso vamos a entregarles al osito de peluche de mala gana?
Nicholas Kristof
¿Qué pasará cuando los censores chinos traten de llevarse a Winnie Pooh? ¿Acaso vamos a entregarles al osito de peluche de mala gana?
¡Perdón Winnie, pero China es un mercado importante! Winnie Pooh ha sido vetado del internet y de los cines de China debido a que algunos comentaristas sarcásticos sugirieron que se parecía al corpulento presidente Xi Jinping. Sin embargo, a Xi no le basta con censurar la información en su país nada más; ahora quiere hacer lo mismo con nuestros debates en Occidente.
Ese es el trasfondo de la reacción disparatada de China a un tuit publicado por Daryl Morey, mánager ejecutivo de Houston Rockets, en el que se solidarizaba con las manifestaciones prodemocráticas en Hong Kong. Cuando la NBA llegó a China en la primera década del siglo XXI, planteó el argumento convincente de que ese compromiso ayudaría a llevar nuestros valores a China. Pero, por el contrario, el Partido Comunista está explotando la codicia de la NBA para traer sus valores a Estados Unidos.
China también está obligando a American Airlines a tratar a Taiwán como si fuera parte de China, y hostigó a Mercedes-Benz hasta que se disculpó por citar las palabras del dalái lama. Hizo que Marriott despidiera a un empleado por “darle me gusta indebidamente” a un tuit publicado por una organización que apoya la independencia del Tíbet.
No hay mucho que podamos hacer ante la intimidación que el dictador Xi infunde en sus ciudadanos, pero no deberíamos permitir que reprima el diálogo en nuestro país. No obstante, permítanme interrumpir esta diatriba para dar un poco de contexto necesario.
Los que criticamos a Xi también debemos tener la humildad de reconocer que el índice de mortalidad infantil ahora es más bajo en Pekín que en Washington, D. C., que China ha establecido nuevas universidades a un ritmo de una por semana y que las escuelas públicas de Shanghái hacen que nuestro sistema escolar dé lástima.