Si usted levanta una piedra es muy seguro que aparezca un escándalo donde muy seguramente esté involucrado un político
Pedro Jáuregui
Lo que sucede en Colombia es como para Ripley. Si usted levanta una piedra es muy seguro que aparezca un escándalo donde muy seguramente esté involucrado un político, un magistrado de la Corte Suprema de Justicia y ¿por qué no?, expresidentes, gobernadores o alcaldes.
A lo anterior se agrega la ausencia de autoridad que existe a lo largo del país, especialmente en las zonas de frontera, donde hay lugares en donde las autoridades no pueden ingresar, como sucede en la localidad de La Parada, población ubicada en la zona fronteriza con Venezuela, donde se consiguen drogas, armas y hasta secuestrados por los diferentes grupos irregulares que se pelean el dominio territorial.
Pero si lo anterior no fuera suficiente para crear una intoxicación, hay que agregar a este coctel la polarización política que se agudiza por estos días, en vísperas de las elecciones locales y regionales del 27 de octubre en las que se elegirán los gobernadores para los 32 departamentos, diputados de las asambleas departamentales, alcaldes de mil 122 municipios, concejales municipales y ediles de las Juntas Administradoras Locales del territorio nacional.
Un detalle más de la anarquía existente es la creciente ola de asesinatos de líderes sociales y exguerrilleros que aceptaron dejar las armas y retornar a la vida civil. La cereza del postre lo constituyó la huida de la exsenadora Aída Merlano Rebolledo, quien dos semanas después de haber sido condenada por corrupción electoral, se fugó de la oficina de un odontólogo a donde había acudido por un inconveniente bucal.
Sobre la parlamentaria se dice que “es una mujer ambiciosa de extracción humilde y de armas tomar, que apoyada en su belleza e inteligencia logró ascender a los círculos más exclusivos del curubito barranquillero manejados por los grupos Char o Gerlein para obtener el poder político.
No es un misterio que Aída Merlano es una ficha clave para armar el rompecabezas de la corrupción electoral en la Costa Atlántica, que estaba dispuesta a colaborar con la justicia. ¿Será que la encuentran?