En esta ocasión, les hablaré de algo que para muchos es de suma importancia, pero también sé que no lo es para todos
Laura Casados
En esta ocasión, les hablaré de algo que para muchos es de suma importancia, pero también sé que no lo es para todos.
Por ello, durante este mes les compartiré acerca de lo que para mí ha sido tener esta discapacidad y el significado de esta gran lucha, la cual ahora no solo se ha convertido en un día estatal o nacional, sino ya un día tanto internacional como mundial por la cantidad de países que conmemoran el 25 de octubre y que ya no solo es un día, sino un mes completo de concientización hacia todas las personas con talla baja.
Como toda historia, esta también tiene un inicio y fue el 14 de mayo de 1992. Para esta fecha, mis padres desconocían que había nacido con una discapacidad.
Hasta los cuatro años, la detectaron debido al retraso que había tenido en la marcha y a algunas cosas que para mi edad debía de poder hacer físicamente. Así duramos nueve años acudiendo a la Ciudad de México en busca de información, ya que sabíamos que no iba a crecer, pero no teníamos un diagnóstico certero del cual apoyarnos y desgraciadamente ahí nunca lo obtuvimos.
Debo de confesar al principio que, como fue difícil comprender por qué los demás sí crecían y tenían cuerpos bonitos y yo no, en ese momento lo único que pasaba por mi mente es que los demás estaban mal menos yo, ya que al verme en fotografías o videos, mi cerebro no alcanzaba a percatarse de las diferencias tan obvias que existían. Una las etapas más complicadas y en donde la realidad empezaba a tocar mi puerta fue la secundaria, porque las burlas y señalamientos comenzaban a estar a la orden del día.
Así fueron pasando los años y al cumplir 14 años mis padres decidieron que tenía que ver más allá de lo que conocía y llevarme a algún lugar donde pudiera conocer a muchas más personas con mi misma condición.
Muchas veces me han preguntado que si volviera a nacer elegiría ser pequeña o de estatura promedio y mi respuesta siempre ha sido “ser pequeña, ¿por qué?”, por la simple razón de que así fue la manera en la que se decidió que sería y que finalmente ahora es lo que soy. Gracias a ello he podido convertir mi vida en un reto diario y poco a poco irme abriendo las puertas para lograr mis más grandes sueños.