La telenovela en que se ha convertido el asunto del juicio político de destitución de Trump por parte de la Cámara de Representantes se enmarca como un asunto de mero cálculo político
Alejandro Gutierrez Balboa
La telenovela en que se ha convertido el asunto del juicio político de destitución (‘impeachment’) de Donald Trump por parte de la Cámara de Representantes se enmarca como un asunto de mero cálculo político, de cara a las elecciones del 3 de noviembre del próximo año y no en un asunto de ética o ilegalidades del presidente.
La materia prima de la investigación iniciada por la mayoría demócrata en esa Cámara es la llamada al presidente de Ucrania, en la que le pide investigar las acciones del hijo del exvicepresidente Joe Biden, un precandidato a la presidencia demócrata, y que fue filtrado a la prensa por un funcionario de inteligencia que permanece anónimo. Trump es el cuarto presidente en enfrentar un proceso de ‘impeachment’, si bien solamente se ha logrado la renuncia de Richard Nixon.
La ilegalidad de sus pretensiones con el presidente de Ucrania no es nada comparado con la trama rusa que le llevó al poder.
Con todo, sus amigos y aliados, dentro y fuera de Estados Unidos, han logrado difuminar las evidencias, lo que resulta más difícil en este caso reciente. Son muchísimos los actores políticos que estarían encantados con la destitución de Trump en todo el mundo, sin embargo, es muy poco probable que se logre porque el ‘impeachment’ se efectúa en el Senado que tiene mayoría republicana.
Al final de cuentas, la apuesta demócrata no es irracional, sino que representa el intento de ese partido por lograr un resultado electoral mucho más favorable que lo que las previsiones anuncian actualmente.
La apuesta, con todo, es de alto riesgo para los demócratas. En caso de no demostrar con contundencia la afectación a la ley del presidente que un día sí y otro también agrede a actores políticos, naciones y dirigentes de todo tipo, entonces los republicanos saldrán fortalecidos de este episodio y pueden lograr arrebatar la mayoría en la Cámara Baja.
Parece poco probable evitar la reelección de Trump y todo este asunto pretende erigir frenos y contrapesos a la política populista que a la larga afectará con mucho el liderazgo y los intereses norteamericanos en el mundo, algo que de igual manera está logrando con creces el primer ministro británico, otro populista empeñado en sacar a su país (Brexit) de la Unión Europea, con resultados muy onerosos para ellos mismos.