Se ha iniciado la Asamblea General de la ONU con varios temas pendientes de la agenda mundial
Alejandro Gutiérrez Balboa
Se ha iniciado la Asamblea General de la ONU con varios temas pendientes de la agenda mundial. Uno de ellos es el cambio climático que, junto a la desaceleración económica, parecen ser los temas más álgidos.
La presencia de la activista sueca Greta Thunberg en Estados Unidos ha sido acompañada por una serie de revelaciones acerca de que su postura no es genuina y que, por el contrario, está siendo utilizada y manipulada por actores, ‘think tanks’, ‘lobbies’ y corporaciones energéticas de su país.
Ello demerita lo que parecía ser una campaña sincera de concientización iniciada en agosto del año pasado con su protesta ante el Parlamento sueco, lo que la hizo saltar a la fama. Sin embargo, y pese a lo anterior, es innegable la pérdida de la Amazonia, el derretimiento de los polos y la deforestación mundial.
En nuestro país se hace inocultable la pérdida de las selvas y todas las zonas reserva de la biósfera de México, desde la de la mariposa Monarca hasta todas las del sureste, causadas por la tala feroz y clandestina, la ocupación de terrenos para cría ganadera y para la agricultura. Nada se dice del desastre ecológico efectuado por los zapatistas en la selva Lacandona.
Tampoco se habla de las apuestas antieconómicas, antiambientales e irracionales por la construcción de refinerías lejanas a las industrias no contaminantes.
En efecto, en Brasil, el Gobierno populista de Lula da Silva ordenó construir cuatro, de las que solo terminó una y que costó nueve veces el presupuesto original. Rafael Correa, el populista presidente de Ecuador, mandó modernizar una, de la cual la mitad del costo fue robado por funcionarios, y Ollanta Humala, de Perú, inició una modernización similar, con resultados similares.
Esto significa que, lejos de combatir el cambio climático, los Gobiernos populistas apuestan a energías contaminantes del pasado, con costos altísimos, insostenibles y con una corrupción rampante.
La apuesta de mantener termoeléctricas alimentadas con carbón representa otra prueba más.
La Asamblea de la ONU emitirá declaraciones respecto del cambio climático, pero no obligará a nadie ni sancionará las prácticas anticuadas y corruptas de los Gobiernos populistas, con lo que dejará un abierto margen a todos los actores que niegan el fenómeno y que, por otra parte, contribuyen al mismo con prácticas industriales sucias, depredadoras y contaminantes, cerrando la pinza con lo que hacen los populistas y con secuelas que pronto serán irreversibles.