Estimados lectores, vale la pena recordar que los orígenes de la tauromaquia o mejor dicho del “toreo a pie” están en “alancear” toros
Juan Carlos Sámano
Esta actividad fue practicada tanto por los nobles españoles como por los guerreros árabes quienes, para mantenerse activos en periodos en donde no había actividad bélica, desafiaban bravos toros esquivando sus embestidas, tal y como lo muestran algunas láminas de la importante obra “La tauromaquia” de Goya.
La influencia árabe en la cultura española data del año 711, cuando diversos grupos de árabes principalmente provenientes del norte y oriente de África, incursionan en la península iniciando así su dominación, la cual duró alrededor de ocho siglos, cuando son expulsados definitivamente por los Reyes Católicos.
Dentro de ese periodo, se puede decir que España se islamizó y su nombre fue Al-Andalus, adoptando por ende las costumbres, cultura e idioma del invasor. Dentro de las grandes influencias recibidas tenemos la que el árabe tuvo en el idioma castellano, al grado de que en gran parte del sur de la península, ambos idiomas se mezclaron.
En cuanto al tema del toro, existe un título que a manera de reconocimiento a los toreros más destacados originarios de Córdoba les es otorgado, y me refiero al de “califa”. Esta palabra proviene del árabe “jalifa”, que significa representante.
De igual manera, “califa” es también un jefe supremo, o un líder político o religioso importante. Este apelativo fue introducido en la fiesta de los toros por un cronista taurino con la finalidad de destacar el dominio y supremacía de “Lagartijo” en esa época.
Para ser considerado un “Cclifa” del toreo es necesario cumplir con estos requisitos: ser cordobés de nacimiento; ostentar al menos, en seis temporadas consecutivas, uno de los tres primeros puestos en el escalafón de matadores; conmocionar al mundo taurino, marcando una pauta en el ejercicio de su profesión; recibir el respeto y reconocimiento del público y constituirse en el centro de la atención popular.
En la actualidad están considerados como “califas” Rafael Molina Sánchez “Lagartijo”, Rafael Guerra Bejarano “Guerrita”, Rafael González Madrid “Machaquito”, Manuel Laureano Rodríguez Sánchez “Manolete” y Manuel Benítez “El Cordobés”, destacados diestros que en diversa épocas del toreo cumplieron sin duda con cada uno de los requisitos antes citados.