La vida de un atleta que compite en el alto rendimiento al nivel de Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos y/o campeonatos mundiales no deja de ser fugaz por diferentes factores y circunstancias. Si no consigue algo relevante en su carrera deportiva, hablo de un récord mundial, algo fuera de serie, nunca podrá vivir sus hazañas; y me refiero a tener un nivel económico después de su brillante carrera. No hablo particularmente de alguno, más bien, hablo de un efecto generalizado entre la comunidad atlética de nuestro país. Por ello son tan importantes los apoyos al deporte de cualquier origen, sean particulares (iniciativa privada) o gubernamental.
Un taekwondoín difícilmente cumple dos ciclos olímpicos, sólo imagínese que 8 atletas de cada país en diferentes categorías y ramas representan a un país en Juegos Olímpicos. La población de participantes de alto rendimiento en nuestro México en esta especialidad anda entre los 2 mil 500 taekwondoínes y sólo 8 van a una justa veraniega cada 4 años. Aquí es donde se destaca a personalidades fuera de serie como Rosario María Espinoza con tres Juegos Olímpicos y tres medallas repartidas entre oro, plata y bronce, en Pekín 2008, Londres 2012, Río 2016, respectivamente. Hoy puede vivir de su fama, de sus alcances como emprendedora producto de que la gente la conoce, pero además, logró ser un ejemplo para la niñez y juventud mexicana. Con 31 años es considerada una veterana para su deporte.
Lo que le quiero exponer es que estos atletas deberían tener mejores ingresos en su vida como deportistas para tener una vida holgada y al menos puedan invertir en su futuro. Sin embargo, nuestra estructura deportiva federativa se queda corta como siempre lo ha sido. Así vimos a nadadores, clavadistas, marchistas, boxeadores, levantadores de pesas, entre otros deportes, terminar mal y en franca decadencia. Estoy hablando de medallistas, y que hay de los que llegaron en quinto o sexto lugar, condenados al olvido desde su última participación aunque hayan sido los mejores 8 o 9 de un continente o del mundo. Algún fideicomiso debería quedar para atenderlos. Destaco que en Querétaro, se tiene conciencia en ello y se trata de apoyar, pero de verdad, no hay recurso que alcance.
Vuelvo a los fuera de serie y ahora que todos hablan de Juegos Panamericanos. Mención honorífica para 7 tricampeones que han logrado medallas en tres ciclos panamericanos: Paola Longoria y Samantha Salas en raquetbol (2011, 2015 y 2019), Paola Espinosa (2007, 2011, 2015), Ana Guevara (1999, 2003, 2007), Víctor Estrada (1995, 1999, 2003), Adriana Fernández (1995,1999, 2003), Graciela Mendoza (1991, 1995, 1999). Nuestras glorias panamericanas.