Ante las adversidades, la delegación mexicana que participa en los Juegos Panamericanos saca la casta ante países que mantienen un programa deportivo estable y con el respeto a una planeación que tiene visión en el tiempo y logros casi cantados, medallas aseguradas en este tipo de competencias y más aún, en unos Juegos Olímpicos. Hay una cantidad de tesis que plantean que el deporte en un país es reflejo del estado de su sociedad. Actualmente en México existe una transición a nivel directivo que ha desestabilizado el proceso de los atletas. No hay presupuesto, dicen, y se frenan los programas de quienes nos representan. No hay fogueo, no hay manera de que los propios atletas se midan ante sus oponentes a nivel mundial y tal como sucede siempre, reclamamos a los que se suben a la pista, al ring, al campo, a la piscina, a la plataforma, no haber hecho su mejor esfuerzo y no tenemos la capacidad de competir.
Se tiene una estructura, el deporte mexicano reúne especialistas, entidades, colectivos, deportistas e instituciones implicadas en la gestión y práctica deportiva, con el fin de establecer una red de trabajo unificada para el impulso de programas de valores alcanzables en el alto rendimiento, sin embargo, el problema está en quien los implementa y ejecuta, sin dejar de lado a quien asigna los recursos, en una parte importante, económicos para poder hacer de nuestros atletas unos campeones.
Hace 12 años el presupuesto nacional para el deporte llegó a los 7 mil millones de pesos, hoy en día no pasa los mil 700 mdp. La designación de recursos por parte del legislativo muestra un des interés y da poca prioridad a algo tan importante en el núcleo social. De ahí se establece una reacción en cadena para que los deportistas tengan menos oportunidades cuando debería ser al revés.
Establecer el deporte como eje truncal de la sociedad, puede fortalecer las aspiraciones de la comunidad. El deporte da valores como la disciplina, la constancia, incrementa habilidades mentales, evita enfermedades degenerativas y para ello necesitamos a los atletas de alto rendimiento para que sean ejemplo de que todos podemos hacer algún deporte por mínimo que este sea.
Nuestros atletas tiene un gran mérito, primero llegar a cualquier competencia de carácter internacional, después participar, luego competir y finalmente llegar entre los tres primeros, cada medalla, del color que sea, siempre valdrá oro para México. Sigamos muy de cerca lo que hacen nuestros atletas en Lima, Perú y midamos de acuerdo a su circunstancia. Cualquier esfuerzo siempre será para aplaudirles, si ya de por sí el camino ha sido duro, el triunfo será participar. Por cierto, en Querétaro se ha realizado un muy importante trabajo, sociedad y gobierno involucrados y comprometidos. Compiten 6 queretanos, hay que aplaudirles por estar a esos niveles.