Desde hace más de un mes han venido ocurriendo una serie de protestas masivas en Hong Kong que han ido subiendo de tono y de violencia, siendo la última atacada en el metro local por un grupo de jóvenes de una misma vestimenta, con palos y tubos, haciéndonos recordar a los mexicanísimos halcones de 1971.
Hong Kong fue colonia británica de 1842 a 1997, cuando la cedió a China bajo una transición muy particular. Actualmente, es una región autónoma de poco menos de 7.5 millones de habitantes y tiene Gobierno, leyes y economía propios. Fue uno de los ‘tigres asiáticos’ de espectacular crecimiento económico y a principios de los años 90 se convirtió en uno de los principales centros financieros del mundo.
El trasfondo de las protestas de los ciudadanos de Hong Kong es su resistencia a convertirse en provincia del Gobierno chino. El detonante fue una ley de extradición emitida por el Gobierno hongkonés que permite enviar a China a una serie de reclamados, lo que se considera un paso para implantar el totalitarismo característico de China. Hong Kong es un país democrático y de libertades y su status no podrá ser modificado, de acuerdo a lo acordado con Gran Bretaña, sino hasta 2047.
Las protestas han sacado a la calle la espectacular cifra de 2 millones de habitantes, quienes no se consideran chinos en absoluto y no quieren ser absorbidos por China, ya que conocen de primera mano las realidades de ese país y la gran mayoría de sus habitantes lo constituyen personas que lograron escapar del paraíso comunista.
China es un país muy peculiar. Después que Mao mató a 45 millones de habitantes en el denominado “gran salto adelante” de 1958 a 1962 y que tan bien documentó Frank Dikötter, se abrió a recibir inversiones y logró un crecimiento económico sin paralelo, pero sin permitir en lo absoluto ningún tipo de apertura política ni de libertades básicas. El control que ejerce el Gobierno chino sobre su sociedad es férreo e implacable. Además, en Hong Kong no ha dudado en aliarse a la mafia conocida como las tríadas para efectos de control, todo lo cual hace muy poco o nada apetecible una reunificación con China.
Al final del día, en China el marxismo no fue más que un pretexto y una eficaz herramienta para que una pandilla de bribones se perpetuara en el poder sin tener que rendir cuentas a nadie. Lo mismo que en Cuba, que en Venezuela, que en Nicaragua, que en Rusia…
Destacado: Actualmente es una región autónoma de poco menos de 7.5 millones de habitantes y tiene Gobierno, leyes y economía propios.