Francisco Pájaro Anaya
La semana pasada comentamos en esta columna la llegada de las peregrinas y peregrinos a la ciudad de San Juan del Río, luego de ocho días de camino, el día de mañana llegarán miles de peregrinos queretanos a la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, llegarán por diferentes medios, caminando, en bicicleta y en vehículo, en total más de cien mil queretanos estarán en la Ciudad de México delante de la bendita imagen de Nuestra Señora de Guadalupe.
La pere, como cariñosamente la llamamos, es una de las expresiones de fe más importantes de los queretanos, es una herencia que pasa de padres a hijos y que se trasmite de generación en generación. El lunes cuando llegaban a nuestra ciudad veía como cientos de niños llegaban con sus padres caminando y como su esfuerzo se transformaba en alegría, casi estoy seguro que esos niños serán los peregrinos adultos del mañana.
Por un rato, tanto el domingo como el lunes, caminé al lado de las peregrinas y peregrinos que ingresaron a nuestra ciudad, he de confesar que al principio lo pensé porque decía que el calor era muy fuerte, que no tengo condición para caminar, que me iba a dar sed, etc.; sin embargo al momento de incorporarme a ambas columnas, todo eso desapareció y fue tanta la alegría, que todo sentimiento desapareció y me uní a la alegría que experimentan los que vienen de peregrinos, solo sentía como caía el sudor en mi cara, pero lo sentía como algo sin importancia y seguíamos caminando, escuchando lo bellos cantos que entonaban los peregrinos guadalupanos.
Mañana, las mujeres y los hombres queretanos se postrarán ante la imagen de la Guadalupana, en donde darán gracias por todo lo que han recibido, otros tantos pedirán por sus necesidades y otros solamente la mirarán y con el solo hecho de hacer eso serán felices, ya que han dejado a un lado, cansancio, incomodidades, calor, enfermedades y todo aquello que en algún momento afecta y verán a la que los queretanos consideran su madre.
Es así como se cumple un año más con la cita que nuestra diócesis tiene con la madre de los mexicanos, cita que este año es la 129 para los hombres y la 60 para las mujeres que llegaran a la Ciudad de México. Deseo sinceramente que esta gran tradición queretana siga extendiéndose por lo largo de los años y que sea un ejemplo para unir familias, para unir a personas de diversos extractos sociales y para ser un vínculo de convivencia entre miles y miles de queretanos y queretanas.
Que esta peregrinación sea un ejemplo de como debiera desarrollarse nuestra sociedad queretana, en un ambiente de concordia, de paz y de una excelente relación entre quienes la integramos. Felicidades peregrinos, felicidades peregrinas, han cumplido su meta un año más y han llegado ante la guadalupana.