Laura Casados
Se dice que muchas veces nos autoprogramamos a situaciones que puedan suceder a lo largo de nuestras vidas, pero de igual manera hay muchas otras que pasan de verdad y nos lastiman.
Este fin de semana fue de gran trascendencia para la comunidad de Gente Pequeña en México, ya que tuvimos la oportunidad de reunirnos algunos de los integrantes del Consejo Nacional de en Acapulco, Guerrero, en donde hablamos de temas de gran importancia como la concientización de la población en general sobre la cultura de la discapacidad, fomentar la unidad entre la gente pequeña, así como del próximo Congreso Nacional que se desarrollará del 15 al 18 de noviembre del presente año en la ciudad de Tepic, Nayarit, en el cual esperamos una gran afluencia de participantes.
Nuestra estadía en el puerto de Acapulco fue muy agradable, ya que fuimos excelentemente atendidos por nuestros anfitriones, el personal del hotel y por las autoridades estatales del estado de Guerrero, aunado a que el Puerto es hermoso.
Dentro de este viaje, además de que disfrutamos mucho la estancia, desafortunadamente se sucitaron un par de cosas que nos hicieron sentir incómodos y molestos. En esta ocasión, me permito contarles dos anécdotas que tuve la oportunidad de vivir y cuáles fueron los aprendizajes adquiridos.
La primera de ellas ocurrió cuando estábamos en la playa, un hombre se acercó a las niñas hijas de miembros del Consejo y les pidió tomarse una foto con ellas, las niñas se negaron y el señor se retiró. Unos minutos después se acercó a mí y me hizo la misma solicitud a lo cual respondí que “sí tenía el suficiente dinero para pagar por lo que yo valía aceptaba” , pero él seguía insistiendo, acercándose a nosotros y grabándonos, por lo cual se habló con él y se le explicó que no era correcto lo que estaba haciendo. Posteriormente nos encontrábamos en la alberca divirtiéndonos con todos y unas señoritas comenzaron a grabar y a reírse. Por obvias razones pensamos que era a nosotros a quién nos grababan, pero luego supimos que era a su hijo, por lo cual es de suma importancia el no tomarnos las cosas de manera personal, ya que realmente no sabemos al 100 por ciento las intenciones de las otras personas.