Sergio Arellano
“Puede que seas capaz de engañar a los votantes, pero no a la atmósfera”. Donella Meadows.
No. No tiene que ver con algún partido político. Hoy en día, el vocabulario jurídico se extiende a términos como “economía verde” o “energía limpia” por los hechos que nos acontecen. Los abogados han asumido un compromiso loable con la especialización en la materia en aras de representar a las multitudes inconformes con las malas prácticas. El gobernante ideal tiene que responder a este color; nuestro entorno se lo exige; los ciudadanos lo demandan y el ecosistema lo requiere. Subrayando que este agente de cambio debe contar con estas características:
1) Impulsar políticas transversales para que todo servidor público se acote a la mentalidad pro natura.
2) Impedir la desaparición de áreas protegidas.
3) Fortalecer el marco normativo con sanciones ejemplares a industrias abusivas y contaminantes.
4) Coadyuvar con las instituciones educativas para transmitir el impacto que tendrá la pasividad.
5) Mostrar las bondades de una comunidad entrelazada por una causa común.
Estoy seguro de que coincidirán conmigo académicos, activistas, sociedad civil organizada y todo aquel que crea en un futuro mejor. La biosfera nos reclamará un alto precio por los daños ocasionados: arrecifes sin presencia de vida, animales extintos, depósitos de basura en su máxima capacidad, manglares que fueron víctimas del hambre insaciable del capitalismo. ¿Nos empezamos a desvanecer? Era lógico. Como primer intento del estado mexicano, la administración federal tuvo la inquietud de gestar un marco normativo que incitara al cuidado del medio ambiente; promulgando de esta manera, la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos publicada el 8 de octubre de 2003, misma que tuvo sustento –entre otros- en las recomendaciones contenidas en el Manual de la OCDE sobre Prevención Estratégica de Residuos del año 2000. ¿Fue suficiente? Es evidente que hemos avanzado considerablemente en cuanto a legislación vigente e interpretaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero vuelvo a preguntar: ¿fue suficiente? Solicitamos Gobernadores Verdes.