En Colombia están sucediendo cosas que no son normales en ninguna parte del mundo, pero que en el país se volvieron normales, por el alto grado de corrupción que existe en todos los estamentos.
El 3 de mayo se atentó contra la directora de control interno de la Fiscalía General, Marcela Yepes, que tenía relación con las labores de inteligencia que lideraba en la investigación para desmantelar la nueva red de chuzadas ilegales.
Pero lo peor es qué los primeros indicios señalan que algunos de sus compañeros podrían estar involucrados en el atentado.
El pasado 30 de junio de una habitación en la zona veredal de Tierra Grata en el departamento del Cesar, desapareció el exlíder guerrillero de las Farc, Seuxis Pausias Hernández Solarte, conocido como Jesús Santrich. Lo increíble es que Santrich es ciego. ¿Cómo se fugó, quién lo ayudó?
Se ha dicho que el exguerrillero había pedido que se le retirara el personal de guardia, por esa noche, pero se le otorgó, algo inconcebible, por su nivel de peligrosidad.
Por este hecho la Corte Suprema de Justicia, el más alto tribunal, tomó la decisión de ordenar la captura, porque no se presentó a la indagatoria en el proceso que se le sigue por su vinculación a un supuesto negocio de tráfico de drogas, tras de la firma del acuerdo de la paz.
Se anunció que se voló del país, por la frontera con Venezuela y de ahí se trasladó a Cuba.
Finalmente, el 12 de julio llegó a Colombia, procedente de Estados Unidos, Andrés Felipe Arias para cumplir sentencia de 17 años de cárcel y para pagar 30.000 millones de pesos de multa.
Arias es culpable de montar un carrusel de beneficiarios de Agro Ingreso Seguro y aportantes a su campaña presidencial. de celebración irregular de contratos y peculado por apropiación a favor de terceros.
Tras su llegada algunos senadores piensan presentar un proyecto de ley que garantice la doble instancia para los aforados, de manera retroactiva y con ellos la libertad a corto plazo de Arias, algo que ratificaría el alto nivel de corrupción de la justicia.