El cambio climático es real. El bienestar de la humanidad en el planeta, está en juego. En palabras de Víctor Montero, embajador del International Living Future Institute: “nos dirigimos en un auto a 180 km/h contra un muro”, y al parecer estamos haciendo poco para detenerlo. También, Julia Hollingsworth, corresponsal de CNN publicó que para el año 2050, existirán días de calor letal, ecosistemas colapsados y más de 1,000 millones de personas desplazadas por el cambio climático. En pocas palabras, no todas las personas sobrevivirán, pero el planeta seguirá “con, o sin nosotros”.
A nadie le gusta pensar en situaciones apocalípticas, sin embargo, es difícil imaginar otro escenario.
En los últimos años, el planeta ha alcanzado los niveles más altos de dióxido de carbono en la atmósfera incrementando la temperatura ambiental, derritiendo polos glaciares, acrecentando los niveles del mar, generando inundaciones, sequias, desertificación y contaminación.
Por mucho tiempo la sostenibilidad se convirtió en la palabra de moda o el estándar a seguir.
No obstante, hoy en día no es suficiente ser “sustentable”. Se ha rebasado el umbral ambiental, sumado al incremento poblacional y su impacto antropocéntrico, la calidad de vida seguirá en declive. Se requieren acciones inmediatas de regeneración ambiental para subsanar el planeta. Aunque existen varias historias de éxitos, como la creación de grandes jardines polinizadores o el rescate de reservas naturales, se requiere un esfuerzo absoluto de toda la humanidad para revertir el cambio climático.
Muchas personas se preguntan, ¿por dónde comenzar? La respuesta es sencilla. Por nosotros mismos y en nuestro hogar. Puede ser desde lo más sencillo hasta lo más complejo, comenzando por separar la basura, adquirir alimentos locales, producción de hortalizas, dejar de adquirir productos con plástico, hasta más ambiciosos como producir nuestra propia energía, eliminar el uso del vehículo privado o cambiar de residencia por una mejor conectada.
Es fundamental un cambio de hábitos y estilos de vida que promuevan la regeneración del planeta. Sin la regeneración, la batalla del cambio climático será perdida.