Tal vez suene como persona mayor, pero hoy quisiera invitarle a recordar su niñez, cuando ansiaba salir a jugar con los amigos. ¿Cuál era su lugar favorito?

El sentido de pertenencia puede ser considerado también como arraigo. Recientemente platicaba con un buen amigo en twitter acerca de la identidad y la pertenencia, ambas formando parte del arraigo.

El espacio público es el reflejo de la sociedad en el contexto histórico donde fue creado, puede responder a improvisaciones, a planeación o a una necesidad emergente.

Particularmente, recuerdo que mis vecinos y yo éramos dueños de la calle donde paseábamos en bicicleta, donde corríamos y gritábamos. Hoy día eso es impensable pues la sociedad ha cambiado y resulta imposible ver a 4 niños solos en la calle, el espacio público para el esparcimiento infantil ha sufrido un confinamiento que personalmente no me agrada pero que se ha vuelto necesario debido a que el resto de la ciudad resulta riesgosa para que los niños anden libremente.

Las plazas públicas también van cambiando, la Plaza Constitución (construida en 1966 tras la reubicación del mercado) antes tenía un contexto cívico al no contar con nada más que una explanada, balaustrada perimetral y un monumento a Don Venustiano Carranza. Hoy día, tras algunas intervenciones, la plaza cuenta con árboles que nos recuerdan el huerto que fue en algún tiempo, bancas y una fuente musical que atrae automáticamente a los niños que pasan por ahí.

Otro tipo de espacio público es también el espacio deportivo, relacionado con la identidad y la pertenencia a un barrio o una comunidad. Me permito recordar el caso de las canchas de futbol de Menchaca, que si bien es un espacio que no ha recibido mucha atención por parte de las autoridades, la gente lo cuida y demuestra su cariño por ese lugar organizando actividades deportivas que llevan una convivencia familiar única que escasamente se da en los desarrollos habitacionales modernos.

En pocas palabras, el espacio público manifiesta en gran medida la identidad urbana y con ella, la pertenencia o el amor por nuestra comunidad sin importar su forma o sus condiciones físicas, el espacio público contribuye a forjar el sentido de pertenencia.