Es ya de todos conocidos los métodos y formas que ha venido implementando el presidente de Estados Unidos, @realDonaldTrump,con el envío de los “Tuits mañaneros”, que, dado que esta en la misma mecánica de tiempos que nuestro Presidente, Andres Manuel López Obrador, se ha dado un debate, muy virtual, en esta última semana, coronados con catas, embajadas y tuits de regreso para poner mucha sal sobre los ya de por si candentes puntos de la migración, la relación comercial, y el colofon que significaría el cierre del NAFTA-2, en cualquiera de sus denominaciones que falta por definir.
Precisamente derivados de esos “debates mañaneros”, de repente recibimos la noticia de que el Canciller mexicano, nos avisa, frente a un gran logotipo de Huawei (empresa emproblemada también por los líos comerciales que con tdoo mundo quiere tener Trump) que, un día despúes de la famosa carta, que será recordada cómo “El Manifiesto: Ni cobarde ni temorato, sino de principios”, parte presuroso para negociar a los más altos niveles esa amenaza del presidente de Estados Unidos, que, a partir del 10 de junio, empezará a fijar un arancel del 5% a todas las importaciones que de México se hagan a los EEUU, y será un aumento de ese mismo tanto, hasta llegar al25%.
Esta noticia caló en todo el pueblo de México, cartas de los más distinguidos empresarios nacionales, manifestaciones tumultuosas en las redes sociales, declaraciones de las cúpulas empresariales, en fin, vamos todos a echar porras desde aquí para que Marcelo Ebrard tenga un gran éxito en sus negociaciones.
Pero de repente, se les aparece el “Turismo Negociador”. Yo se de mucha gente que le gusta ir a Las Vegas, a Europa, a las muy famosas Ferias y Convenciones de los más variados giros, y en realidad, son excelentes excusas para hacer un buen networking, divertirse y turistear por la ciudad sede. En verdad creo que no aplica ninguno de los puntos de diversión que menciono al viaje que súbitamente hizo el Canciller con varias gentes del @GobiernoMX, porque no me atrevo a decir que ni siquiera sabían en el momento de tomar el avión, exactamente ni a que oficina iban a ir. Y de ahí, pues la sorpresa de que los principales y supuestos interlocutores, entre ellos Mike Pompeo, Secretario de Estado del vecino país, justo cuando iba aterrizando la delegación mexicana, iba despegando el Air Force One rumbo a Inglaterra.
Y luego, el no-turismo: Mejor mando una carta, mando a funcionarios y yo me quedo en México, más o menos nos explicó el Presidente de México, haciendo alusión a que no va a la G20 de este año. ¿Eso es planeación de viajes y objetivos de nacion a largo plazo?