Después de recientes y tristes noticias vale la pena aterrizar el tema del control de armas en nuestro país. Conseguir un arma es algo que podemos hacer muy fácilmente, por ejemplo, Mercado Libre. Esta facilidad de compra puede ser un efecto directo de la producción de armas a nivel mundial, así como a que nuestro vecino del norte se empeñe en proteger el derecho de sus ciudadanos para cargar armas. Aunado a las redes de narcotraficantes, principales consumidores y a sus operaciones ilegales recibiendo posibles pagos en forma de armas, nos encontramos con una sociedad con miedo. Todos conocemos historias de crimen en nuestro país por lo que no nos preguntamos cómo es que alguien saca una pistola a medio tráfico por una frustración, sabemos que muchas personas sin importar clase social portan armas para sentir seguridad. La cuestión es que ya podemos ver efectos devastadores en Estados Unidos, en donde desde el 2015 se comienza a registrar infantes usando armas, por el fácil acceso a estas -por ejemplo, mamás portando armas en la bolsa-.
El Washington Post reporta que en 2017 entre enero y septiembre niños menores de 4 años habían disparado y herido o matado a 43 personas, muchas veces el disparo va hacia él mismo pequeño. Pero no nos vayamos tan lejos, El Heraldo de México reporta también en 2017 que hay 15 millones de armas circulando en nuestro país y que de estas, 85 por ciento son ilegales, dejando toda posible regulación oficial de lado. Si bien el Artículo 10 constitucional permite que compremos armas legalmente, esto se limita al uso solamente dentro de nuestro hogar. Los datos son alarmantes y no podemos excluir los ataques en escuelas también como ya pasó en Monterrey. Debemos estar más atentos a las posibles soluciones y unirnos a la discusión internacional considerando que más de la mitad de los homicidios en México son a causa de arma de fuego.