Las semifinales son más emocionantes que las propias finales. El ejemplo de lo que hablo es lo sucedido en la “Champions League” hace un par de semanas con el Liverpool-Barcelona y el Ajax-Tottenham.
El partido a celebrarse en el Metropolitano de Madrid este próximo sábado para definir al monarca europeo de clubes, en el papel, pinta para ser uno de los mejores de los últimos tiempos.
Hace muchos años, al menos los que superamos los 40, vimos y escuchamos del famoso juego aéreo de los ingleses. Juego vertical, generalmente por las bandas que culminaba con un centro preciso a la cabeza de los atacantes que eran grandes especialistas en el remate de cabeza.
En el último lustro de los años 70, el Liverpool dominó la entonces llamada Copa de Europa, tres títulos en cinco años. Después el Nottinham Forest y el Aston Villa en los primeros años de la década de los 80. La táctica y estrategia del futbol por elevación pasmaba a cualquier rival.
Con aquel Liverpool recordamos al pequeño grande inglés, Kevin Keegan, un habilidoso, gambetero, oportuno, carismático y pícaro futbolista que casualmente tenía más condiciones de jugador tipo Messi o Ronaldinho que el más estructurado y formal compatriota inglés. Casualmente a nivel de selección nunca respondió a lo esperado.
Volviendo a la final inglesa, desde la temporada 2007/08 no había una entre equipos de esta latitud. Manchester United y Chelsea empataron en el tiempo regular y definieron en penaltis siendo el United de Ferguson el campeón. Era hasta ahora la única final entre equipos del “imperio británico”.
Este sábado, el Liverpool lleva mano. Debería consolidar lo que ha trabajado en los últimos años, perdió el título europeo en esta instancia ante el Real Madrid el año pasado con marcador de 3-1. Es un buen representante de aquel juego aéreo del que ya le platiqué pero transportado a la nueva era, a la modernidad. Enfrente tendrán al “débil”, al que no tiene nada que perder, a un emotivo equipo “cenicienta”, el Tottenham. Ahí estará la clave del esperado espectáculo. Sin embargo, me parece que Liverpool levantará la Copa.