Culpa siempre va a existir, ya que solemos guiarnos por señalar a otros y no por el hacernos responsables de nuestras acciones, pero me queda claro que en cuestión de educación absolutamente todo lo que se hace es por amor y en base a nuestras experiencias pasadas.
Como dice Hanna Garay: “Si me equivoco, no es por falta de amor, sino por falta de experiencia”, refiriéndose a que los niños no nacen con un manual incluido y menos los niños con alguna discapacidad, en donde te diga qué hacer o qué no hacer y cuáles serán las repercusiones. Por ello, el ser padres no es nada sencillo, pero sí es una de las experiencias más hermosas que pueden existir.
Desgraciadamente nos encontramos frente a una sociedad que no para de emitir juicios sobre lo bueno o malo que puedes llegar a ser como padre, además de tener diversas preguntas, al saber que el niño/a tiene alguna discapacidad, ya que, por naturaleza, el ser humano teme a lo desconocido y más si al momento de decir el diagnóstico los doctores solo les dicen todo lo malo que puede sucederle.
Los peores enemigos en la educación son la ansiedad, la angustia y la culpabilidad. Suelen ser las emociones más destructivas e inútiles, ya que de esta manera solo inculcaríamos la obediencia a base de temor y no por aprendizaje.
El secreto de la educación en primer lugar es el saber diferenciar entre culpabilidad, la cual se basa en la autodegradación, el deterioro personal y la responsabilidad, que se trata de responder a nuestras acciones y asumir las consecuencias, lo cual genera un incremento de conciencia generando cambios en la persona. De igual manera, es de suma importancia el no mezclar nuestro pasado y evitar el infundirles nuestros miedos y creencias irracionales, pues no los podemos educar como a nosotros nos educaron y esos tiempos ya no existen ni funcionan las mismas cosas que funcionaban en un pasado.
Así que una de las mejores herramientas a utilizar es primeramente el fluir y no engancharse con los berrinches o desobediencias, ya que de otra manera les estaremos prestando atención y seguiremos fomentando esa conducta, y el educar con firmeza, estabilidad y benevolencia sin caer en la manipulación.