¿Se han preguntado cuáles son las implicaciones legales de pertenecer a una colectividad indígena? Muchos pensarían que viven en la imprecisión, adscritos a un sistema aislado de procuración de justicia; basándose en el sustento de sus costumbres y tradiciones históricas.
Usaremos una ponderación 50-50 para esta afirmación.
Si enunciáramos algunos precedentes, veríamos que, inclusive, algunos juzgadores mexicanos han cedido su competencia para la resolución de la situación jurídica de determinado individuo a las instancias correspondientes de los pueblos originarios. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha interpuesto diversas acciones de inconstitucionalidad en relación a la falta de aplicación de criterios en beneficio de los sectores vulnerables de México.
Dentro del marco normativo, surgen ciertos ejes rectores que debemos privilegiar dentro de la nueva óptica del Estado de derecho incluyente y pro persona. Atendiendo a la jurisprudencia emitida por la Corte Interamericana adherente a la Organización de los Estados Americanos en cuanto a la resolución de la sentencia sobre el caso Saramaka vs. Surinam, se esclarecieron una serie de puntos a considerar:
1) Las comunidades indígenas tienen un derecho de consentimiento, el cual consta de que cualquier posible afectación (incentivada por la urbanización) sea comunicada de manera anticipada a los habitantes de determinada etnia.
2) Sin el consenso de los ocupantes, no se pueden llevar a cabo planes de infraestructura, explotación de recursos naturales o toma de decisiones que vulneren directamente el funcionamiento de la convivencia social y su desarrollo sostenible.
3) Las leyes de nuestro país optan por la flexibilidad interpretativa en aras de conservar la esencia indígena, el respeto y trascendencia de su cultura.
4) Se estableció que por ningún motivo tendrá cabida el despojo injustificado de los pobladores; en su defecto, si llega a suscitarse, tendrá lugar la reparación del daño y el restablecimiento de la sociedad en una nueva área geográfica sin perder su naturaleza distintiva. Como verá, estimado lector, defender nuestro legado étnico constituye el baluarte más importante para la gestación de una identidad nacional. Celebro el esfuerzo de los que se suman a su protección integral.