El contrato social debe ser cambiado para adaptar el mundo a esta nueva economía del trabajo esporádico o ‘gig economy’. Así lo publica el Banco Mundial en el ‘Informe sobre el desarrollo mundial 2019: La naturaleza cambiante del trabajo’. La principal característica será de seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida para enfrentar los múltiples cambios de trabajo o actividades. ¿Cuáles serán las nuevas prioridades para los gobiernos?
Es revelador que en los países en desarrollo, cuatro de cada cinco personas nunca han vivido con seguridad social. Al parecer la realidad obliga también a este organismo internacional a observar otras alternativas con ojos diferentes. Resulta de interés la primera cita de este trabajo de Karl Marx donde señala que la maquinaria es un competidor poderoso “dispuesto a convertir al asalariado en obrero superfluo”. ¿Qué ha fallado? ¿El modelo, los países o el desarrollo?
El resultado global son 2 mil millones de personas en el mundo trabajando en el sector informal y los nuevos trabajos “líquidos” agravarán la falta de mecanismos de protección social. Adicionalmente, no existen muchos empleos que demandarán en el futuro a los niños que hoy cursan la primaria. ¿Qué hacer y cómo enfrentar el reto de proteger a la población en su vejez, dotarla de educación y cuidar su salud?
Para el organismo, el problema debe ser atendido integralmente por los gobiernos, incluyendo en la atención conjunta a los ministros de Hacienda, Educación y Salud para transformar las políticas tributarias de instrumentos punitivos en hojas de ruta para atender a una población desprotegida. La informalidad y sus condiciones parecen ser formas de vida que deben incluirse al modelo. Trabajos ligados a la tecnología como Uber deja a los “emprendedores” sin ejercer a su plenitud sus derechos sociales como un informal.
Otro cambio relevante que señala el reporte será el incorporar en los planes de educación “habilidades específicas, que entrañan una combinación de conocimientos tecnológicos, capacidad para resolver problemas y pensamiento crítico, así como también habilidades blandas, como la perseverancia, la colaboración y la empatía”. Dígame usted, ¿está preparado para este reto?