La supuesta caravana de 20 mil hondureños que pretende alcanzar los Estados Unidos atravesando México, anunciada por la secretaria de Gobernación y desmentida por la viceministra de Relaciones Exteriores del país centroamericano, sea o no existente, ya provocó reacciones que afectan la geopolítica mexicana.
Primero, los delincuentes que enganchan a los migrantes desde sus lugares de origen, con promesas de alcanzar el “sueño americano”, han explotado esa mina de oro, haciendo víctimas a personas en situación de pobreza y con pocas o nulas posibilidades de encontrar oportunidades de desarrollo. Estas personas, además, habrán de pasar el infierno de recorrer México tratando de no ser víctimas de los criminales en nuestro país que los depredan, los reclutan, o los desaparecen.
México ha perdido el liderazgo que mantenía en Centroamérica por la incapacidad de las autoridades por impedir estas prácticas y cada vez los reclamos de sus autoridades aumentan. Pero los 3 países del llamado triángulo del norte han sido incapaces de promover el desarrollo de sus ciudadanos y en algunos casos se han dejado cooptar por el crimen organizado.
Las amenazas de Trump cada día son más contundentes. Es verdad que retirar la ayuda a Centroamérica requiere de aprobación del Congreso y que esos países reciben muchísimo más de las remesas que envían sus connacionales viviendo en Estados Unidos que la ayuda de este país, pero la sola posibilidad de un cierre de frontera con México, de que las ciudades fronterizas están siendo invadidas por centroamericanos en espera de sus solicitudes de asilo al país vecino, plantean amenazas que muy difícilmente podrán ser resueltas.
Crear un cinturón de contención en México para evitar el paso de migrantes es hacerle el trabajo a Trump, y a cambio de nada. Pero nuestro país se lo ha hecho desde hace años minando las relaciones con esos países que cada vez miran al nuestro con temor, con desconfianza y con resentimiento. Y, con todo, las caravanas continuarán.
El interés de México está en enfrentar estos desafíos, no en sacarles la vuelta.