Dentro de la procuración de justicia, los elementos de seguridad pública tienen una responsabilidad enorme ya que no solo se trata de actitud, sino de aptitud. En una plática que tuve con fiscales de la Delegación de la Fiscalía General de la República sede en Querétaro, resaltábamos la importancia de los informes policiales homologados (IPH).
En ese orden de ideas, quienes atendían en un primer momento cualquier conflicto eran las fuerzas policiacas de corte municipal, estatal o federal. Con la puesta en marcha de la Guardia Nacional, se suma la actuación militar.
El ministerio público como mecanismo fundamental de investigación y persecución de los delitos, requiere de todos los detalles de lo acontecido para iniciar un proceso jurisdiccional; motivando con material probatorio.
Es por ello que surge la relevancia del IPH. Si el policía no desmenuza correctamente lo que observó, con cierta minuciosidad, es probable que no tengamos los elementos suficientes para encuadrar a determinado sujeto (presunto culpable) en un hecho delictivo.
Rasgos físicos como la estatura, color de piel, complexión, cicatrices o alguna marca distintiva e inclusive tipo de vestimenta, son características que nos ayudan a conformar un expediente que pueda ser utilizado por la parte acusadora.
Como algo vital, está el profesionalismo de los policías en su intervención y en su calidad de primeros respondientes. Aunado a lo anterior, inculcar el seguimiento adecuado de los tres tipos de contacto previo a la detención, es primordial.
Tiene que haber una intermediación, es decir, un diálogo cordial con la persona que supuestamente está ejecutando una conducta antijurídica y tipificada por la ley como ilegal; seguido de la observancia de las reacciones del sospechoso y su nivel de cooperación con la autoridad.
Finalmente, en el caso de que se compruebe que se cometió un ilícito, llevar a cabo la retención, no antes.
Desafortunadamente, por no mencionar circunstancialmente lo sucedido dentro de los reportes, se aduce en el IPH que de forma inmediata se produce la detención (aunque en la realidad si se haya respetado el procedimiento).
Lo que provoca su nulidad; simplemente por un error de relato. Es por ello que debe ser prioritaria la capacitación y actualización de quienes salvaguardan el bienestar de la comunidad.