Como si se tratará de un estreno de una película hollywoodense, muchos mexicanos esperábamos con ansia las conclusiones del reporte especial de Robert Mueller sobre la investigación Rusia-Trump. Francamente, creo que el colectivo mexicano, con aras de revanchismo y revisionismo histórico, queríamos ver acusaciones flamígeras sobre como el presidente Trump se había coludido con Rusia para manipular las elecciones de los E.U.A. de 2016. Supongo algunos por una preocupación legítima de salvaguardar una de las democracias más sólidas del mundo, pero asumo la mayoría más bien por ver caer a quien se ha vuelto el enemigo público No. 1 de México.
Pues ahora que salió el reporte, o por lo menos extractos de él, parecería que lo que se dio fue precisamente el efecto contrario. Al no haber dichas acusaciones contundentes ni bombásticas en su contra, es muy probable que el reporte acabe fortaleciendo a Trump, particularmente rumbo a las elecciones de 2020. Enseguida me explico.
En primer lugar, porque se desinfla la acusación de que Trump hizo alianza con una potencia extranjera, Rusia, para ganar las elecciones. Poco importará ahora en la psique de los votantes de Trump el que al menos 4 de sus colaboradores más cercanos estén enfrentando procesos judiciales por haber tenido contactos inapropiados e ilegales con agentes Rusos, a decir: (i) Michael Flynn, quien fuera su asesor en materia de seguridad nacional; (ii) Rick Gates, quien fuera su director de campaña adjunto; (iii) George Papadopoulos, quien fuera su asesor de política exterior durante su campaña; y (iv) Michael Cohen, quien fuera su abogado personal. Es decir, parece que el reporte Muller, que sin exonerarlo pero claramente sin encontrarlo culpable, serviría como una baño de pureza que hará que las imperfecciones de sus colaboradores no lo manchen a él.
En segundo lugar, porque parece que Trump se salvó a si mismo de haber incurrido en la conducta de obstrucción de justicia al haber dejado, ya sea por voluntad propia o simplemente por no haber encontrado los mecanismos para impedirlo, que Mueller finalizará su investigación sin interferir sustancialmente en la misma. Muchos demócratas se frotaban las manos ante el pensamiento de que intempestivamente Trump corriera a Mueller y cerrará el expediente, con lo que les hubiera dado elementos claros para procesarlo bajo la figura del “impeachment”.
Ahora Trump contará con dos poderosas líneas de retórica frente al 2020: (i) gane en 2016 limpio y sin ayuda de extranjeros y (ii) respeto la democracia de los E.U.A. al permitir que se lleven imparcialmente investigaciones judiciales, aun y cuando sean en contra mía. Parece que aquí se vuelve verdad la frase de “lo que no te mata, te hace más fuerte”.
Twilight Zone… No nos exaltemos de que un presidente pida un perdón histórico, podremos o no estar de acuerdo, pero la verdad es que no es la primera ocasión que se hace. Pero traer el tema a colación días antes de que un familiar saque un libro sobre el tema, eso sí que no se había visto…