Por una extraña razón, al igual que en México, el peor enemigo de España… son algunos españoles.
A unas cuantas semanas de efectuar elecciones generales, el próximo 28 de abril, en que se habrá de elegir jefe de gobierno, de las autonomías, municipios, legislativas y para el Parlamento Europeo, el saldo del jefe de gobierno saliente, Pedro Sánchez Pérez Castejón, del PSOE, es francamente negativo.
Habiendo llegado al poder el pasado 1 de julio, no por la vía electoral, ya que los españoles eligieron en las urnas al líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, sino por la defenestración del anterior, al haberle emitido un voto de censura precisamente por el líder parlamentario del PSOE, Pedro Sánchez. Por una vía tramposa y no electoral, Sánchez se convirtió en jefe de gobierno en España.
Al igual que sus antecesores en el cargo del PSOE, los jefes de gobierno Felipe González (1982-1996) y José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), los resultados económicos son desastrosos, demostrando que la izquierda no sabe promover el crecimiento y el bienestar de la población.
En los pocos meses que gobernó, diez, Sánchez deja un crecimiento del PIB de 2.5%, el más bajo en 4 años, una alta tasa de desempleo, deterioro de las exportaciones, una balanza comercial negativa por primera vez en muchos años; la deuda pública que en 2008 era del orden del 39.5% del PIB, ahora está en el 97.1%. El gasto público se volvió a disparar, prendiendo las alarmas de la Unión Europea, que muy probablemente obligue a un nuevo plan de ajuste, con los resultados que ya conocemos en el empleo, las pensiones y los servicios gubernamentales.
España, la Madre Patria, se desenvuelve en una disolución social, cultural y moral. Con una tasa de crecimiento poblacional de las más bajas de Europa, ya no es una sociedad viable. Pese a ello, los ataques del feminismo radical y la ideología de género que auspició la izquierda, ahora promueven la experimentación por parte de niños de la homosexualidad, para que ellos “decidan” el tipo de género con el que desean vivir.
Todo ello, gracias al socialismo auspiciado por el PSOE primero y ahora por Podemos. El enemigo lo tienen dentro.
Alejandro Gutiérrez