¿Se requiere definir un número máximo de turistas en las ciudades patrimonio de la humanidad? La medida que anunció en enero el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, de cobrar 10 euros por visitante, determinará la cantidad de personas que serán admitidas diariamente en esta ciudad. A partir de este mes, el turismo a dicha ciudad será totalmente planificado, a costa de correr el riesgo de negar el acceso. ¿Es una medida benéfica que sería recomendable seguir?
La población de esta ciudad ha venido cayendo desde 1971, cuando tenía 363 mil 62 habitantes, a 261 mil 905 en 2015, una reducción de casi 28 por ciento. En parte la reducción es provocada por la alta demanda de cuartos para turistas que, por un lado, genera una oportunidad para los dueños inmobiliarios y por otra eleva los costos de la vivienda haciéndola impagable. La vocación turística ha generado efectos negativos en otras industrias o servicios que no encuentran personal o los salarios no alcanzan para llevar gente de fuera.
Es paradójico que una ciudad rica tenga que expulsar a sus habitantes. Sin embargo, al estar rodeada de agua y sin posibilidad de construcciones nuevas, hasta las antiguas viviendas de la población pobre ahora son cuartos de lujo que generan rentas de varios miles de euros al año. La ventaja que le da su historia y una mayoría de construcciones históricas también limita el número de visitantes que pueden disfrutarla cómodamente. ¿Qué hacer?
En México, algunas ciudades se llenan en algún momento del año, pero la mayoría viven en los centros históricos la saturación por el tráfico. Según el alcalde Brugnaro, dicha medida servirá para evitar las aglomeraciones que viven gran parte del año. El dinero recaudado se aplicará para conservar limpia la ciudad, mejorarla y ofrecer mejores servicios a los visitantes. ¿Sería un ejemplo para México tomar medidas similares?
A la falta de planeación las ocurrencias son necesarias; una ciudad se debe a sus habitantes y no al revés. La esencia de una ciudad incluye los edificios con inquilinos, pero sin planeación pareciera imposible hacer compatible turismo y tradición. Pero más que planeación, se requiere de acuerdos de los habitantes para lograrlo. ¿Usted apoyaría planear o cobrar?