Roger Cohen
Si la Conferencia de Seguridad de Múnich tuviera un alma, esta estaría encarnada en el senador John McCain, que siempre fue una presencia estimulante en Estados Unidos y un ferviente defensor de la alianza transatlántica. Él ya se ha ido, y también la idea de la inevitable convergencia liberal demócrata, remplazada por una gran competencia de poder en la era de los dictadores.
La reunión viene inmediatamente después de un extraño encuentro en Varsovia, Polonia
–sí, en Varsovia– convocado por Estados Unidos y dedicado a la “paz y la seguridad en Medio Oriente”. Tal vez mejor se hubiera llamado “sueños inalcanzables en el Vístula” o “el Estados Unidos de Trump golpea a Europa”.
En la reunión de Varsovia, el vicepresidente Mike Pence atacó a Alemania, Francia y Reino Unido por intentar “violar las sanciones de Estados Unidos” contra Irán. Parecía tan indignado por el comportamiento indebido de Europa como por el de Irán, un extraño caso en el que Estados Unidos contribuye a la agenda disgregadora de Vladímir Putin en Europa.
La verdad es que el Gobierno de Trump violó el acuerdo nuclear con Irán, con lo que menoscabó la palabra de Estados Unidos, cuyo valor ha descendido en todo el mundo tan bruscamente como la moneda de Irán durante los últimos 18 meses.
Alemania, Francia y el Reino Unido creen en las pruebas de que el acuerdo nuclear está funcionando, y que la República Islámica lo está cumpliendo. Nunca se pretendió que el acuerdo transformara a Irán de la noche a la mañana ni que esparciera polvos mágicos en Medio Oriente. Su objetivo era impedir que Irán tuviera armas nucleares y eso está haciendo.
En una infortunada misión para convertir en políticas los caprichos de Trump, el secretario de Estado Mike Pompeo declaró: “No se puede alcanzar la paz ni la estabilidad en Medio Oriente sin enfrentar a Irán”. Pero esto es al revés: la paz y la estabilidad en Medio Oriente son imposibles sin Irán.
La República Islámica es demasiado grande y tiene demasiado poder como para dejarla fuera. No irá a ninguna parte.
The New York Times Syndicate