Para la ciudadanía común, nos resultó sorpresiva y angustiante la contingencia que vivimos en el centro del país, derivado de una estrategia poco clara del Gobierno Federal para disminuir el robo de combustible a los ductos de Pemex.
Si bien, el transporte público no dejó de operar en Querétaro, la situación fue diferente para quienes usan automóvil privado, pudimos apreciar un impredecible patrón de servicio en las gasolineras que generó incertidumbre y malestar social.
La molestia generó acaloradas discusiones con quienes celebraron la contingencia. Hubo muestras interesantes de comportamiento social, no faltó el “astuto” que se brincara las filas mostrando su bajo nivel cultural y de civilidad, ni los que reclamaban a los despachadores que prácticamente fueron víctimas también y hubo gente empática apoyando a quienes quedaban sin combustible antes de cargar.
En redes sociales se pudo apreciar una sociedad dividida y dos situaciones más que me resultan igual de preocupantes: Primero, la terrible dependencia que tenemos del automóvil particular. Segundo, las malas condiciones que existen en nuestras ciudades para adoptar una movilidad peatonal, multimodal y/o dependiente del transporte público.
Largas filas, baja en la actividad comercial, más ciclistas en la calle, más gente caminando, gente cargando garrafas, gente empujando autos, calles con pocos vehículos y una ciudad parcialmente colapsada por falta de combustible, fue el panorama general en estos días principalmente el fin de semana pasado. Nunca pensé que me daría tanto gusto ver una pipa de Pemex abasteciendo a una gasolinera.
Debemos tener presente que el auto tiene demasiada importancia y su ausencia trajo resultados negativos, autoridades y sociedad debemos trabajar para mejorar transporte público, ciclovías y rutas caminables.
Aplaudo la buena iniciativa del Municipio de Querétaro al impulsar su sistema QroBici con inscripción gratuita para nuevos usuarios.
Deseando que este operativo arroje resultados positivos, es momento para aprovechar la crisis ocasionada y replantear la movilidad priorizando la peatonalidad desde una perspectiva metropolitana incluyente, QroBici podría ser un primer paso para ello.