Estamos viviendo unos días complicados en México por el tema de la gasolina; no es mi objeto escribir en esta colaboración sobre la acción del Gobierno de la República sobre las medidas tomadas, eso lo dejaremos a los críticos y estudiosos del tema. Sin embargo, sí me quiero referir a algo que se deriva de esta situación y que es el respeto, que es una de las virtudes más grandes que deberíamos tener en la sociedad y en la convivencia diaria con las personas que tenemos algún tipo de relación, ya sea familiar, laboral o simplemente en el desarrollo de nuestra vida.
El respeto se define como la consideración, acompañada de cierta sumisión, con que se trata a una persona o una cosa por alguna cualidad, situación o circunstancia que las determina y que lleva a acatar lo que dice o establece o a no causarle ofensa o perjuicio; así se establece de manera precisa y clara. Sin embargo, es de hacer notar que muchas veces esta situación es vulnerada por situaciones de superioridad, por situaciones de dominio o simplemente por formas incorrectas de comportamiento.
Veía con mucha pena, cómo en días pasados y derivado de la escasez de gasolina, en las redes sociales, lo que más se había propiciado era la falta de respeto entre las personas. Pero no solamente en palabras, sino también en imágenes en donde se han tomado escenas de cómo incluso mujeres se dan golpes por la falta de respeto de esperar un turno para atender el abasto de gasolina.
Si la persona pierde el respeto por los demás, pierde también en gran parte la dignidad que debemos de tener, se debe procurar en todo momento el respeto y la dignidad de la persona, a pesar de las situaciones en las que estamos viviendo, o a pesar de las circunstancias en las que se desarrolla nuestra vida en sociedad.
Sin respeto, lo único que fomentamos es la desunión social y eso es la forma con la que algunos cuantos le han apostado desde hace mucho tiempo, para aprovecharse de la situación de tener confusión y realizar actividades que no son las más adecuadas y correctas.
Busquemos en estos momentos difíciles para el país que se hagan las cosas con respeto, en todo momento buscando el bienestar de uno y de los que nos rodean, pero siempre con la virtud del respeto y con la situación de no descomponer el tejido social que se tiene.
Nuestra sociedad requiere de personas íntegras, con dignidad, que respeten los derechos y que sean respetadas en sus derechos, no caigamos en provocaciones y busquemos que todo lo que realicemos sea provechoso para todos en el marco del respeto.