Desde hace días, hemos escuchado este término para describir la encrucijada en que se encuentran el presidente Trump y los demócratas por no llegar a un acuerdo sobre el presupuesto de los Estados Unidos para el ejercicio de 2019. La aparente manzana de la discordia es la petición de Trump de la friolera de 5 billones de dólares para construir su sacrosanto muro en la frontera con México. Este pleitito ya ha llevado a que varias agencias y departamentos del Gobierno federal de los Estados Unidos cierren o trabajen únicamente parcialmente.
No es la primera vez que esto ocurre. En los últimos 40 años ha habido al menos 20 ocasiones en las que el Congreso de los Estados Unidos no se ha puesto de acuerdo para aprobar la legislación necesaria, y así fondear las operaciones del Gobierno, y se han causado paros temporales del Gobierno similares. El caso más extremo fue de 21 días durante el gobierno de Bill Clinton. El actual ya lleva 12 días y no se ve la luz al final del túnel.
Para entender la dimensión del problema basta analizar algunas cifras. Hay alrededor de 800 mil trabajadores federales. De estos, 420 mil tienen que seguir trabajando sin paga por ser considerados como “esenciales”. Los 380 mil restantes, quienes no son considerados esenciales, son obligados a ausencias laborales forzadas sin paga bajo la figura legal del ‘furlough’. Todas estas personas ya enfrentan problemas para hacer frente a sus obligaciones financieras previamente contratadas, incluyendo pagos de hipotecas, seguros y gastos médicos, pagos de tarjetas de créditos, arrendamientos, etc. El tema puede ser aún peor para los contratistas de Gobierno, quienes, aunque no son empleados del Gobierno, también tienen que dejar de trabajar al no funcionar las agencias gubernamentales a las que prestan servicios, pero quienes probablemente no reciban pagos retroactivos por el tiempo perdido. También se han generado problemas de salubridad y seguridad al cerrarse parques, museos y sitios históricos, y no haber mantenimiento ni seguridad para ello.
Veremos hasta dónde llega este juego de gallina en el que nadie gana y muchos pierden…
Pal Gordito… Si andan por Houston, no dejen de ir a desayunar al restaurante Weights & Measures, un restaurante de vecindario que tiene un pan dulce recién horneado delicioso y unos chilaquiles de costilla de ‘Wagyu’ buenísimos.