Seth Pérez Melesio
¿Qué nos implica vivir acumulando años o esperando el día cero? Una simple métrica puede tener grandes consecuencias. Imagine vivir en los años antes de Cristo que ofrecía una idea del tiempo distinta a la actual línea recta en la que podemos acumular años al infinito. En México, celebramos adicionarle un año al calendario, pero ¿qué implicaciones podría tener contar al revés?
La idea de acumular años se aplica a la mayoría de ciclos, incluso los que tienen un fin determinado. Observamos los informes de prácticamente toda presidencia en el mundo reportando: primer informe, segundo año, tercer periodo, etc. Esta práctica la utilizan desde organismos internacionales, asociaciones empresariales, países, alcaldías y hasta las organizaciones de la sociedad civil. ¿Por qué seguir esta lógica si el primer informe muchas veces solo platica lo que realizó su antecesor y el último por lo general lo hacen semanas antes de dejar el cargo o ya en un periodo de transición?
Al parecer la idea de culminar genera miedo. Sin embargo promueve un concepto del que he trabajado y les he mencionado en esta columna: el sentido de urgencia. Una cuenta regresiva podría servir en muchos ciclos de la vida, pero en la propia podría espantar. La esperanza de vida nos daría una idea de nuestro ciclo promedio, pero aun utilizando al hombre o mujer más longeva, la idea parecería macabra. Imagine: me quedan 50, 20 o cinco años. ¿Podría usted festejar?
Pero piense usted en todos los ciclos que sería benéfico llevar la cuenta de forma regresiva creando al menos tres acciones vitales: 1) Rendir cuentas respecto a los resultados obtenidos de solo las acciones de la nueva Administración. 2) Preparar a las organizaciones o gobiernos para un cambio de cabezas y liderazgos. 3) Crear un espacio ordenado de transición para eliminar lo inútil y potenciar lo valioso de lo ya construido… o diga usted: ¿Qué forma de contar genera más sentido de urgencia y ayuda más?