INOCENTE PALOMITA
El Día de los Santos Inocentes, es la conmemoración de un triste episodio hagiográfico del cristianismo. La matanza de los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), ordenada por el rey Herodes I el Grande con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret. Sin embargo, la tradición aquí en México se manifiesta como la oportunidad de hacer bromas, pedir prestado sin pagar o hacer creer a alguna persona determinada una situación que al final de cuentas no es cierta. Este día cae como añillo al dedo en torno a lo sucedido en algunos festejos navideños celebrados tanto en Querétaro como en otras plazas del interior.
De acuerdo con las frías estadísticas detectamos que en tan solo cinco festejos celebrados se otorgaron 22 orejas, un rabo, arrastres lentos, vueltas al toro y hasta un indulto. Ya en ocasiones anteriores he comentado la importancia de valorar si realmente estos trofeos eran merecidos o no, pero para ello tendríamos que haber estado presentes en estos cinco cosos y pues solamente tuvimos la oportunidad de estar en uno, la Santa María de Querétaro.
Iniciare con una pregunta, ¿qué está pasando en los tendidos en donde el espectador no exige el buen torear y se conforma con la pirotecnia? No generalizo, por fortuna hay “aficionados”, aunque muy pocos, que todavía protestan ciertos trofeos entregados, y que a criterio de ellos, no son merecidos del todo. El ole u olé, es una expresión taurina que suele ser utilizada para destacar ciertas acciones del matador. Es una expresión que surge de lo más profundo del ser cuando se fisionan toro y torero en un lance o pase rítmico y cadencioso. Dicho en otras palabras, cuando hay temple. ¿Qué ole te puede arrancar el efectuar giros en el caballo ante un toro parado, o el arrojar el calañés al aire? ¿Qué transmisión puede haber en una tanda a media altura en la cual el toro no embiste sino que pasa y además lo toreas con la punta de la muleta? A mi personal punto de vista, ninguna. Sin embargo, esto es lo que cautiva en la actualidad, es lo que relumbra en el tendido, y el buen torear brilla por su ausencia y es por ello que concluyo con esta frase: “Inocente palomita que te dejaste engañar”.
Mi reto para este 2019 será, sin duda, dar información de peso para que aquellos que quieran aprender sobre tauromaquia tengan los elementos suficientes para ello y así, de manera conjunta, ‘aprendamos a ver una corrida de toros’.