Seth Pérez
La propiedad en muchos bienes y sectores de la vida se está perdiendo. En estas fechas conviene mirar las tendencias mundiales de la llamada economía circular, ‘sharing economy’ o ‘l’économie du partage’ en francés, que cambia el paradigma: compartir bienes sin uso exclusivo o particular.
Bla Bla Car es una de las aplicaciones que representan esta nueva idea de organización económica. A diferencia de otras aplicaciones, en este modelo de economía prevalece el bien común frente a las ganancias de una corporación. Por ejemplo, en Bla Bla Car usted puede promover viajes que hará, compartiéndolos con otras personas que tienen el mismo destino, con el beneficio de dividir los gastos y compartir el viaje platicando. ¿Por qué esta visión es disruptiva?
Imagine que estas aplicaciones permitan el trueque y una reducción en el gasto para hacer más eficiente el uso de los recursos personales o familiares. Por un lado, no generarían un crecimiento económico y tampoco incrementaría directamente el empleo formal, entonces ¿qué beneficios tendría para un Gobierno promover estas iniciativas?
Arun Sundararajan, en su libro ‘The Sharing Economy: The End of Employement and the Rise of Crowd-based Capitalism’ menciona que los Gobiernos no ven bien esta nueva forma de organización económica. Si los indicadores con los que actualmente se miden los países no mejoran, ¿por qué los Gobiernos deberían invertir dinero a pesar de un menor crecimiento económico y producto interno bruto, no obstante que la población tenga beneficios?
Sundararajan identifica que en el futuro los ‘activos-pesados’ serán sustituidos por ‘activos-ligero’” ejemplificándolo con la facilidad actual de rentar o comprar música en comparación con el pesado proceso de comprar los antiguos discos o vinilos.
Unir a todos los viajeros para llenar los espacios disponibles en autos generaría un beneficio ecológico y mejores relaciones entre los viajeros. A pesar de las ventajas ¿usted prefiere regalos personales o más bienes compartidos?