China cumple 40 años de haber cambiado radicalmente la política económica que a sangre y fuego estableció Mao Zedong en 1949, cuando se hizo definitivamente del poder. Gracias a ese cambio, denominado Gaige Kaifang o Gran Reforma, hoy China ha podido escalar niveles de desarrollo impensables bajo la más estricta ideología marxista.
Después de una guerra civil cruenta y muy larga, ya con Mao en el poder, él estableció un plan que denominó el Gran Salto Adelante, de 1958 a 1962 y que, según él, pretendía alcanzar a los países industrializados en tiempo récord. El resultado fue que no alcanzó nada y provocó una hambruna en la que murieron más de 10 millones de personas.
En 1966, un Mao insatisfecho, desconfiado y despiadado, comenzó la Revolución Cultural que duraría 10 años y que retrasó aún más el desarrollo chino, llevando a la muerte a decenas de millones de personas más, al mejor estilo stalinista. Al finalizar esta etapa se estableció el control natal, por el que cada pareja solamente podía tener un hijo.
Finalmente, en diciembre de 1978, ya muerto Mao, y bajo el liderazgo de Deng Xiaoping, se autorizaron algunos programas piloto que permitían la empresa privada, la libre circulación de bienes y servicios y el funcionamiento del mercado. Primero muy débilmente y ante el éxito inmediato, se abrió más y más la economía china. Se recibió inversión extranjera y se invitó a empresas y corporaciones occidentales a establecer sus plantas en suelo chino cuyo Gobierno ofreció todo tipo de facilidades, una mano de obra prácticamente esclava y casi gratuita, lo que permitió el ‘boom’ de la hoy segunda economía mundial. China se enganchó en la globalización.
Sus productos pasaron de ser de calidad pésima a igualar estándares internacionales. Paralelamente creció la piratería y el robo de toda clase de patentes en el extranjero.
China se abrió económicamente, no así políticamente. Sigue siendo un país gobernado por un solo partido y las demandas de reformas fueron aplastadas en Tiananmen el 4 de julio de 1989. La democracia no es admitida.