La exposición Gráfica del 68. Imágenes rotundas que se presenta en el Museo Universitario Arte Contemporáneo, (MUAC), esta basada en una colección reunida por el Grupo Mira, un conjunto de artistas con orientación política que buscaron atacar en esa arena sin someterse a los temas manidos del compromiso. Este conjunto de carteles y pancartas, reunidos por ellos y atesorados por el MUAC, constituyen un testimonio visual del movimiento estudiantil.
Las imágenes, que en su momento fueron censuradas y reprimidas, hoy aparecen como documentos sobrevivientes, que permiten imaginar cómo la información crítica se desarrollaba, tanto a nivel discursivo como técnico. No sólo dan cuenta de los conceptos del discurso estudiantil y de sus objetivos sino que ejemplifican con claridad los alcances de la censura y la represión de aquel gobierno. Así parte de la riqueza de esta gráfica es que puede encontrarse en ella lo que el discurso oficial trataba de ocultar.
En cuanto a los recursos técnicos, podemos dilucidar gracias a los diferentes soportes de comunicación que se presentan, que todos los medios de reproducción eran limitados, porque se les consideraba subversivos, una amenaza para el Estado. Así, los artistas se valieron con apuros de mimeógrafos, esténciles, tórculos y pintas en paredes para actuar en diferentes espacios públicos.
Otra particularidad, es que toda esta gráfica era de carácter colectivo, los esfuerzos estaban dirigidos a una finalidad social sin ser relevante la autoría, aunque también el anonimato era una medida de seguridad para sus creadores.
Y, por otra parte, la idea artística detrás de las producciones obedecía solo a una finalidad práctica y emergente, no había una intención preponderantemente visual pero acabó por tenerla. Los ingredientes que mencionamos arriba, paradójicamente producen un cierto tipo de arte: muy puntual, directo, apresurado, gestual y agresivo, completamente contrario a la deliberada puesta en escena del pintor o a la lenta acumulación de materiales y sentidos del instalador.