Queramos o no, nuevamente nos encontramos en un proceso electoral que nos abruma con publicidad de los candidatos que buscan nuestro voto, aunque legalmente inició este mes, realmente ya teníamos demasiada información de algunos de ellos desde finales del año pasado.
Dado que hablar de las elecciones es un tema obligado, me parece adecuado cuestionar precisamente la publicidad que encontraremos hasta en la sopa.
No las propuestas, no las ideologías, ni ninguna cuestión de fondo que resultaría complicado discernir en este espacio. Sin embargo el tema de la publicidad urbana es una preocupación para ciudadanos comunes como usted y yo, independientemente de nuestras inclinaciones políticas.
Los mensajes de campaña resultan invasivos ya que los vemos en toda la ciudad, valdría la pena poner sobre la mesa si es necesario colocar tantos espacios para saturarnos con publicidad sobre todo en esta época de tanta tecnología y redes sociales.
Probablemente usted y yo no definiremos nuestro voto por ver algún anuncio espectacular, alguna lona o algún poster en los controversiales mupis de reciente instalación.
Por el contrario, teniendo por un lado la saturación publicitaria de las elecciones, es importante tener presente que la administración pública debe continuar trabajando, por lo que es uno de los rubros que no deben detenerse.
Si nos basamos en el principio de que la obra pública atiende necesidades sociales, éstas no cambian durante un proceso electoral o una administración emanada de un partido u otro, el punto es, que la obra pública debe continuar junto con su proceso de gestión y planeación, para atender con la misma o mayor prontitud las necesidades ciudadanas aunque haya elecciones.
¿Apostar por la continuidad o apostar a por un cambio?
La decisión es libre y es personal, pero sí me permito invitarle, amable lector, a que analice las propuestas de cada candidato o candidata, analizar si sus ideas son factibles, si realmente tiene un plan sólido o si pretende cambiarlo todo y buscar un nuevo rumbo.
La obra pública es un tema que no debe tener tintes partidistas pero sí tintes sociales, ciudadanos y sobre todo humanos, pues gane quien gane, la sociedad somos nosotros.