Los coleccionistas de discos han jugado un papel importante en la conservación del patrimonio musical al rescatar artistas que estaban destinados a ser leyendas y que por varias razones fueron ignorados.
Es el caso de Henri-Pierre Noël quien nació y creció en Haití, muy joven aprendió a tocar el piano y desarrolló una técnica un poco rara, ejecutaba el piano tan rápido que se confundía con percusiones. Diseñó una estadía de dos semanas en la ciudad de Montreal, la cultura musical de ese lugar lo atrapó y decidió vivir ahí los siguientes años de su vida.
Su influencia musical era el folclor haitiano y la música norteamericana, así creó una mezcla entre el funk y el jazz, fue entonces cuando decidió lanzar su primer disco LP llamado “Piano” con 2,000 copias pagadas de su bolsillo y con un poco de apoyo por el gobierno de Canadá, Haití y algunas radiodifusoras de Montreal, creyó conquistar y llevar su propuesta musical a todo el mundo, pero sin un sello discográfico que lo apoyara resultó muy difícil y a lo largo de los años su disco acumuló polvo. Se casó, dedicó sus años a la familia y terminó alejado de su música.
Tiempo después un cavador de tumbas musicales llamado Kobal, entró a un mercado de antigüedades y encontró lo que parecía un tesoro musical, le llamó la atención que trajera dentro del álbum una tarjeta de presentación. Kobal intrigado por la música del artista trató de encontrarlo durante meses, su búsqueda lo llevó a Bélgica donde finalmente se conocieron, habló con el músico y le propuso relanzar dos de sus piezas.
El álbum ha recibido elogios de la BBC de Londres y Canadá, cientos de músicos y DJ’s en el mundo desean saber más del artista, estos mismos elogios se merecía en 1979. Henri-Pierre Noël decidió resucitar su carrera musical a los 60 años gracias al cavador de tumbas musicales, Kobal.
Historias como esta fueron rescatadas en el sitio web www.musicismysanctuary.com y estos coleccionistas dan una segunda oportunidad a los músicos, porque a final de cuentas, todos merecemos una segunda oportunidad. ¿Realidad o ficción?